El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, manifestó hoy su rechazo a la moción legislativa de prohibir a ciudadanos de EEUU la adopción de niños en Rusia.
“No me parece correcto y estoy seguro de que la Duma de Estado acabará por tomar una decisión sopesada”, declaró Lavrov a la prensa.
Agregó que las adopciones internacionales tienen derecho a la existencia pero subrayó que es necesario practicarlas “de forma civilizada”, así como “reaccionar drásticamente a cualquier exceso” contra los niños en sus hogares adoptivos.
También afirmó que merecen condena los jueces que emiten sentencias absolutorias o de libertad condicional en relación con los padres culpables de violación, maltrato y homicidio de niños adoptivos.
La Duma de Estado, o Cámara Baja del Parlamento ruso, planea debatir el próximo 19 de diciembre un paquete de sanciones contra ciudadanos estadounidenses que vulneran los derechos nacionales de Rusia.
Inicialmente estaba previsto prohibir a tales personas la entrada en Rusia y embargar sus bienes en territorio ruso, lo cual supondría una respuesta simétrica a la “ley Magnitski” adoptada en EEUU, pero el pasado lunes se presentaron enmiendas más radicales, entre ellas, la de prohibir a ciudadanos de EEUU adoptar niños en Rusia.
El vicepresidente de la Cámara Baja, Serguei Nevérov, afirmó ayer que el partido oficialista Rusia Unida está dispuesto a avalar la enmienda de adopciones.
El Defensor del Pueblo ruso, Vladímir Lukín, calificó esta iniciativa de “tráfico de niños” y “obra monstruosa que difama al país”. Según él, es vergonzoso vincular el asunto de adopciones con la “ley Magnitski”.
Miembros de la Cámara Pública de Rusia solicitaron hoy al presidente de la Cámara Baja, Serguei Narishkin, cancelar los debates previstos para el miércoles, para que el tema de las adopciones sea examinado primero por ciudadanos y expertos.
Por “ley Magnitski” se conocen las sanciones de EEUU contra una serie de cargos públicos rusos supuestamente implicados en la muerte del jurista Serguei Magnitski, en 2009.
La respuesta de Rusia a esta ley también recibió un nombre propio, “la ley Dima Yákovlev”, en homenaje a un niño ruso de dos años que murió en EEUU después de que su padre adoptivo lo dejara encerrado en un coche.
El presidente ruso, Vladímir Putin, se pronunció hace unos días por dar una respuesta “adecuada, no desmesurada” a la “ley Magnitski”.
Serguéi Magnitski, de 37 años, abogado del fondo de inversiones Hermitage Capital Management, murió en noviembre de 2009 tras ingresar en prisión preventiva bajo cargos de evasión fiscal. Él mismo siempre rechazó las acusaciones, sosteniendo que la causa penal fue resultado de una denuncia suya contra funcionarios corruptos que supuestamente habían robado decenas de millones de dólares al fisco ruso. Su muerte, que supuestamente se produjo por falta de asistencia médica adecuada, provocó una amplia resonancia pública en Rusia y en Occidente.
