La ley puede y debe defender la moralidad, pero no puede imponerla, indicó hoy el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
“La ley puede defender la moralidad, además debe hacerlo. Pero la moralidad no se impone por la ley. Los intentos del Estado de controlar las convicciones de la gente serían, sin lugar a dudas, una manifestación del totalitarismo, lo que es absolutamente inadmisible para nosotros”, declaró hoy Putin en su mensaje anual a la Asamblea Federal.
Las prohibiciones y restricciones no surten efecto. Lo que hace falta hacer es fortalecer la base moral de la sociedad, afirmó.
“Precisamente por eso adquieren una importancia decisiva la educación, la cultura, la ética y la política para la juventud (…). Son esferas donde se forma una persona armoniosamente desarrollada y de alta moral, un ciudadano consciente de su responsabilidad”, indicó.
En la sociedad rusa contemporánea escasean la misericordia, la compasión y la ayuda mutua, constató Putin.
“Es amargo decirlo, pero a la sociedad rusa le faltan hoy día lazos espirituales sólidos, clemencia, compasión y ayuda mutua, todo aquello que nos hacía fuertes en épocas anteriores y lo que siempre era nuestro orgullo”, recalcó.
El presidente instó a apoyar las instituciones que son portadoras de los valores tradicionales y han demostrado su capacidad de transmitirlas de generación a generación.
