El 42% de los rusos avala la decisión de las milicias cosacas de patrullar las calles de Moscú, pero el 29% se toma con ironía la iniciativa, según un reciente sondeo.
El pasado martes, ocho cosacos con sus tradicionales atuendos vigilaron una estación ferroviaria de Moscú en el marco de un patrullaje de prueba.
“Las patrullas cosacas en las calles de Moscú provocan sentimientos ambiguos. Por una parte, solo se puede aplaudir la medida que pretende reforzar el orden en la capital, pero por otra, enseguida uno se pregunta por los límites de las competencias de esas patrullas”, dijo a RIA Novosti el politólogo Valeri Kedov.
El experto supuso que las patrullas populares de cosacas pueden finalmente provocar más problemas que beneficios.
“Digamos que una patrulla paró a un ciudadano y le pidió la identificación. ¿Por qué tiene que acatar sus órdenes? ¿Acaso lo dice la ley? Creo que ese patrullaje en ocasiones puede ser causa de diversos incidentes”, opinó.
Reiteró que para evitar malentendidos, lo importante ahora es definir las competencias de las patrullas cosacas.
La historia de los cosacos en Rusia se remonta al siglo XV. Participaron en la expansión del imperio ruso como miembros de la caballería del régimen zarista y fueron premiados por su servicio con privilegios especiales, como el derecho de formar y gobernar comunidades propias.
