El primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, exhortó este martes en su vídeo blog a apoyar la lucha contra el tabaquismo.
“Más del 80% de nuestros ciudadanos, incluidas dos terceras partes de los fumadores, apoyan la lucha contra el tabaquismo. ¡Aunemos nuestros esfuerzos para liberarnos de la dependencia a la nicotina!”, dijo Medvédev al informar que el Gobierno está analizando un proyecto de ley que estipula prohibir el fumar.
Ese documento, preparado por el Ministerio de Salud Pública y elevado al Gobierno de Rusia el 31 de agosto pasado, prevé prohibir la venta de los cigarrillos en los quioscos, así como evitar las escenas con fumadores en las nuevas obras audiovisuales destinadas para los niños.
El vicio de fumar se cobra anualmente las vidas de unos 400 mil rusos, que mueren de cáncer, enfisema pulmonar, infarto o hemorragia cerebral. Un 90% de los fumadores rusos adquieren esa costumbre siendo menores de 20 años, imitándola de un modo inconsciente.
El proyecto de ley está orientado a proteger a las personas que no fuman, pero se ven obligadas a aspirar el humo de tabaco en lugares públicos, señaló Medvédev.
Se trata de prohibir por completo la publicidad del tabaco, su venta y el fumar en los lugares públicos, gravar con impuestos más altos la producción del tabaco.
Rusia ocupa el segundo lugar en el mundo, después de China, en cuanto al volumen del mercado de tabaco. Lo compartieron cuatro compañías extranjeras grandes que llegaron al país a comienzos de la década del 90 del siglo pasado.
Al desplegar una amplia publicidad del tabaco, especialmente de cigarrillos ligeros, los llamados femeninos, dichas compañías duplicaron sus ventas, sobre todo por medio de atraer a mujeres y hasta niños. De 1992 a 2010, el número de las mujeres fumadoras aumentó del 7% al 22%. Desde 1993, la edad en que se adquiere la costumbre de fumar descendió de 15 a 11 años.
Dos terceras partes de los adolescentes del país de 13 a 16 años ya tienen una experiencia de fumar, una tercera parte lo hacen con regularidad. Anualmente, unos 400 mil escolares de diez a trece años fuman su primer cigarrillo, de los que una tercera parte empiezan a hacerlo con regularidad, según datos estadísticos.
