El Tribunal Municipal de Moscú concedió hoy la libertad condicional a una de las integrantes del grupo Pussy Riot y confirmó la sentencia a sus otras dos miembros, condenadas a dos años de cárcel por una "oración punk" en la catedral de Cristo Salvador de la capital rusa.
La joven puesta en libertad es Ekaterina Samutsévich, quien renunció anteriormente a su abogada defensora, Violetta Volkova, por las diferencias existentes entre ambas. Debido a esta renuncia, la vista del recurso contra la sentencia fue aplazada del 1 de octubre a este miércoles.
La nueva letrada de Samutsévich, Irina Jrunova, alegó que su defendida no cometió el delito del que se le acusó, ya que fue detenida por un guardia de seguridad segundos después de entrar en el altar de la catedral y por tanto no llegó a participar en el "rezo punk".
Al igual que otras dos acusadas, Nadezhda Tolokónnikova y María Aliojina, Samutsévich se negó a declararse culpable y a mostrar arrepentimiento, aunque se disculpó ante los creyentes afirmando que no pretendía ofender sus sentimientos.
Tras la conmutación de la condena, que su abogada definió no obstante como una "victoria parcial", la joven tendrá la obligación de comparecer de forma regular ante la autoridad competente. Mientras tanto, sus dos compañeras deberán cumplir la pena de dos años en una colonia penitenciaria, tal como dictó inicialmente el tribunal de primera instancia.
Según una fuente de la Justicia, el centro penitenciario al que serán trasladadas Tolokónnikova y Aliojina desde la prisión preventiva moscovita en la que han permanecido desde su detención, se determinará en un plazo mínimo de diez días.
Los abogados de ambas jóvenes anunciaron que recurrirán la sentencia confirmada a sus clientes ante la Presidencia del Tribunal Municipal de Moscú y que también se dirigirán al Tribunal Europeo de Derechos Humanos tras agotar la vía judicial rusa.
El pasado 21 de febrero, Tolokónnikova, Aliojina y Samutsévich en compañía de otras dos integrantes del grupo Pussy Riot irrumpieron encapuchadas en la catedral de Cristo Salvador, principal templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa, e interpretaron una “oración punk” que decía “Madre de Dios, echa a Putin”. La actuación fue grabada en un vídeo que se publicó en Internet y provocó la indignación de numerosos creyentes ortodoxos.
Tras casi medio año en prisión preventiva, el pasado 17 de agosto las tres jóvenes fueron declaradas culpables de gamberrismo por motivos de odio religioso y sentenciadas a dos años de cárcel.
La condena a las Pussy Riot desató una polémica en la sociedad rusa y provocó críticas de Occidente. Las acusadas recibieron numerosas muestras de apoyo por parte de políticos y estrellas del mundo del espectáculo internacional, como Sting, Madonna o Paul McCartney, y fueron nominadas al Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia concedido por el Parlamento Europeo.
En una entrevista con la televisión rusa concedida el pasado domingo, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó de "correcta" la sentencia a las jóvenes, por considerar que su acción constituye un intento de "socavar los cimientos de la moral y destruir el país".
