El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, avaló hoy el recrudecimiento de las sanciones administrativas y penales por la conducción bajo los efectos del alcohol, iniciativa que la Cámara baja del Parlamento federal debatirá en primera lectura el próximo 16 de octubre.
“Unas 30.000 personas mueren cada año en las carreteras (de Rusia), una cifra espeluznante”, resaltó Medvédev al intervenir este viernes en una reunión dedicada a la seguridad vial.
Aunque la siniestralidad en las carreteras tiende a reducirse en el último año y medio, se multiplican los accidentes con víctimas mortales, en particular, por culpa de conductores ebrios.
“En lo que va del año, ha crecido en un tercio el número de los conductores que rehúsan someterse a una revisión médica después del accidente (…) Están bajo los efectos y rehúyen el examen”, dijo.
Jurista de profesión, Medvédev calificó de “absolutamente justo castigar penalmente la reincidencia en el caso de conductores ebrios, previamente sometidos a sanciones administrativas”.
También sugirió que el estado de embriaguez se convierta en una agravante en el derecho administrativo y penal, y que los conductores se sometan a un examen médico obligatorio al menos una vez cada cinco años. “Sería lo correcto para controlar la situación”, señaló.
La jefa del comité parlamentario de seguridad, Irina Yarovaya, reveló que el Gobierno, la Duma de Estado (Cámara baja) y varias ONGs recomiendan elevar hasta 50.000 rublos (más de US$1.600) el importe máximo de la multa por la conducción bajo los efectos del alcohol, y hasta 15 años de cárcel la pena en el caso de los accidentes con víctimas mortales.
Del 24 de septiembre al 1 de octubre, la moscovita Policía de Tráfico organizó un operativo a gran escala para cazar a conductores ebrios.
Esta “guerra” empezó después de que un Toyota con un conductor borracho al volante embistiera a gran velocidad contra una parada de autobuses en el oeste de Moscú matando a siete personas, entre ellas, cinco menores.
El accidente se produjo el 22 de septiembre, durante la celebración mundial del Día sin Coches. Cuando al responsable le preguntaron, si había bebido mucho antes de lo ocurrido, confesó que había estado bebiendo durante dos días.
