Rusia insiste en aprobar mediante una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU el plan de transición que el Grupo de Acción para Siria esbozó en su encuentro de Ginebra el pasado 30 de junio, reafirmó hoy el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Mijaíl Bogdánov.
El comunicado final de Ginebra “hay que plasmarlo en una resolución aparte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a fin de que sea un documento de cumplimiento obligatorio para todas las partes implicadas en el conflicto”, manifestó Bogdánov, representante de Rusia en el foro “Diálogo de Civilizaciones” que se celebra estos días en la isla griega de Rodas.
Agregó que podría ser una resolución breve, por analogía con la hoja de ruta aprobada en su día para el arreglo del conflicto palestino-israelí.
El encuentro del 30 de junio en Ginebra, al que asistieron los jefes de la ONU y la Liga Árabe, así como los responsables de la política exterior de la UE, China, EEUU, Francia, Gran Bretaña, Rusia, Turquía, Irak, Kuwait y Qatar, concluyó con la adopción de un comunicado que exhortaba a cesar la violencia en Siria y establecía las pautas de la futura transición en este país árabe, en particular, la creación de un Gobierno que incluya a todas las fuerzas políticas.
El vicecanciller ruso resaltó que Moscú procura “cohesionar a la oposición política (siria) en torno a unos planteamientos constructivos que coincidan con la postura de la comunidad internacional, expresada en el comunicado de Ginebra”.
“Esperamos en Moscú a los representantes de diversos grupos opositores. Prácticamente todos tienen invitaciones con la fecha abierta”, declaró.
Los contactos diplomáticos con la oposición siria, según él, se mantienen casi a diario en Moscú, Damasco, París, Estambul y otras ciudades.
Bogdánov propuso también que la crisis en Siria sea tema central en la agenda de la próxima reunión de cancilleres de Rusia y el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG), a celebrarse a principios de noviembre en la capital saudí, Riad.
“Nuestros colegas árabes del Golfo, especialmente, Arabia Saudí, Qatar y otros desempeñan un papel bastante activo y ambiguo en asuntos sirios”, dijo.
El conflicto entre la oposición y las fuerzas leales al presidente Bashar Asad causó desde marzo de 2011 al menos 20.000 muertos, según la ONU, y unos 30.000, según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos que monitorea su evolución desde Londres.
