Los programas de bajar de peso deben incluir el sueño de buena calidad, además de dietas y ejercicios físicos, dice un artículo publicado en la Revista de la Asociación Médica de Canadá.
El sueño insuficiente o de mala calidad provoca el aumento de las hormonas que despiertan el apetito, y viceversa, lograron demostrar unos científicos canadienses.
Personas obesas fueron divididas en dos grupos según la duración del sueño: los que dormían 5,5 y 8,5 horas diarias, respectivamente, durante dos semanas. El consumo de la comida para los dos grupos fue limitado a 680 calorías al día.
Los participantes del experimento cuyo sueño duró 5,5 horas, perdieron el 55% menos grasa y el 60% más de los tejidos sin grasa, en comparación con el segundo grupo. También registraron cambios menos positivos en los niveles de las hormonas que regulan el metabolismo.
El sueño insuficiente hace al organismo conservar la grasa, útil en el aspecto energético. Además, provoca el aumento de la grelina, hormona que detiene la quema de las grasas y provoca el aumento del apetito, lo que empuja a la persona a incumplir la dieta.
Como resultado de ese estudio, la Red Canadiense contra la Obesidad incluyó el sueño adecuado en la lista de las recomendaciones para los terapeutas que tienen tales pacientes.
