Dos atentados cometidos este sábado en Bagdad, Irak, se cobraron al menos 32 vidas, unas 70 personas recibieron heridas, comunicó la policía del país citada por medios noticiosos.
La primera explosión se produjo cerca de una parada de autobús, cuando decenas de musulmanes chiitas salían de la mezquita “Musa Kazim”, tras una ceremonia religiosa. Poco después resonó la segunda en la plaza de Sanaa. La mayoría de las víctimas mortales son chiitas.
Anteriormente, la prensa informó sobre la muerte de 83 personas a raíz de explosiones organizadas en varias ciudades de Iraq el miércoles pasado, cuando los chiitas rendían tributo al imán Musa Kazim, considerado mártir y heredero directo del profeta Mahoma.
El aumento de la tensión en Irak está relacionado con la confrontación añeja entre los sunitas y los chiitas. Según el censo de 1997, el 66% de la población de Irak eran sunitas, y el 34%, chiitas. Durante el gobierno de Sadam Husein, los sunitas ocupaban la posición dominante en las estructuras políticas del país.
Tras la intromisión armada de EEUU en 2003 y el derrocamiento de Sadam Husein, los chiitas comenzaron a desplazar a los sunitas, ocupando altos cargos, incluido el de primer ministro. La nueva correlación de fuerzas provocó el agravamiento de relaciones entre ambas comunidades. Si la tensión sigue en aumento, el país se sumirá en caos, puede estallar una guerra civil y producirse la división de Irak según el principio étnico-confesional, suponen analistas.
