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Un bebé por nacer es la 17ª víctima de la masacre cometida en Afganistán por el sargento Bales

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Entre las víctimas de la matanza de civiles perpetrada en Afganistán a comienzos de este mes de marzo por el sargento estadounidense Robert Bales figuró un bebé por nacer, que según la legislación de EEUU es considerado una víctima más, la 17ª, comunicó hoy la prensa de EEUU.

Entre las víctimas de la matanza de civiles perpetrada en Afganistán a comienzos de este mes de marzo por el sargento estadounidense Robert Bales figuró un bebé por nacer, que según la legislación de EEUU es considerado una víctima más, la 17ª, comunicó hoy la prensa  de EEUU.

Inicialmente, unas fuentes de EEUU y de Afganistán informaron de 16 víctimas mortales de Bales, incluidos nueve niños y tres mujeres. Pero esta semana le fueron imputados 17cargos, porque una de las mujeres asesinadas estaba embarazada. El jefe de la policía de Kandahar, Abdul Razak, dijo al respecto que la parte estadounidense tiene razón al hablar de 17 víctimas.

Pero otros funcionarios afganos insisten en que los extranjeros cometieron un error y que las víctimas son 16. Lo señaló, en particular, el jefe del Centro Mediático de la provincia de Kandahar, Ahmed Jawed Faisal, quien ofreció la lista de 16 asesinados y dijo que ninguno de los seis heridos ha fallecido hasta la fecha.

El Derecho Militar de EEUU califica como víctima al bebé por nacer, indistintamente de si el homicida estaba al tanto o no del embarazo de la mujer atacada ni de si quería matar premeditadamente o no al feto.

Las familias de las víctimas de la masacre ya recibieron unas compensaciones de los militares estadounidenses, pese a la política del Pentágono que de ordinario no indemniza las víctimas mortales ni otro daño que ocasionan sus operaciones de combate.
Los afganos recibieron unos 50 mil dólares por cada asesinado y unos 11 mil dólares por cada herido. Los pagos realizados en la moneda nacional afgana, afgani, totalizaron 866 mil dólares.

Según una versión de la masacre, Bales, de 38 años de edad, salió de su base en la provincia de Kandahar al amanecer  del 11 de marzo y se dirigió a dos aldeas de la zona, donde entró  en varias casas abriendo fuego.

El Gobierno afgano exigió que Bales sea juzgado en Afganistán. Pero el sargento fue transportado a EEUU. Todavía no se sabe cuándo comenzará el proceso judicial. Si los jueces lo declaran culpable, le amenaza la pena de muerte.

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