El Parlamento de Moldavia logró este viernes elegir al nuevo presidente del país tras cuatro intentos fallidos realizados a lo largo de casi tres años durante los que la ex república soviética ha vivido sin un jefe de Estado.
El fin de la crisis política abierta en 2009 llegó gracias a los votos de los tres diputados tránsfugas de la oposición que apoyaron al candidato de la gobernante Alianza por la Integración Europea, Nicolae Timofti.
De esta forma, Timofti, titular actual del Consejo Superior de la Magistratura, consiguió reunir 62 sufragios a su favor, uno más del mínimo exigido.
Los legisladores del opositor Partido Comunista, que controla 39 de los 101 escaños del hemiciclo moldavo, se abstuvieron de la sesión parlamentaria en la que se llevó a cabo la votación.
Anteriormente, los comunistas afirmaron que el nuevo presidente no será legítimo, al igual que el propio Parlamento que hace tiempo que agotó el plazo constitucional para elegir al jefe de Estado.
Nicolae Timofti, de 63 años y licenciado en Derecho, ha desarrollado su trayectoria profesional en el sistema judicial de Moldavia. Pasó de trabajar como asesor en el Ministerio de Justicia y magistrado de un juzgado de Chisinau durante la época soviética a desempeñarse como vicepresidente del Tribunal Supremo.
Entre 1996 y 2001 presidió la Corte de Apelación de la capital moldava, también ocupó el máximo cargo de la Asociación nacional de Jueces, hasta que en marzo de 2011 encabezó el Consejo Superior de la Magistratura. Casado, tiene tres hijos.
Timofti, quien será el cuarto presidente de la república desde la caída de la URSS en 1991, defiende la integración de Moldavia en la Unión Europa, aunque considera que esta orientación europeísta no debe perjudicar las relaciones con los vecinos del este, Rusia y Ucrania.
