El nuevo presidente de Rusia aplicará la política del “tira y afloja”

© RIA Novosti . Alexei Nikolsky / Acceder al contenido multimediaVladimir Putin
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Los expertos hablan de los posibles cambios en el sistema político y la vida social durante el nuevo mandato presidencial de Vladimir Putin y de las posibles reformas prometidas a los ciudadanos durante la campaña.

Los expertos hablan de los posibles cambios en el sistema político y la vida social durante el nuevo mandato presidencial de Vladimir Putin y de las posibles reformas prometidas a los ciudadanos durante la campaña.

Esperando las reformas

En las elecciones presidenciales celebradas el pasado 4 de marzo Vladimir Putin reunió el 63,60% de los votos. A pesar del triunfo convincente del político, su gobierno tendrá que esforzarse mucho para entablar un productivo diálogo con la sociedad y la oposición, creen los expertos.

Alexei Makarkin, vicepresidente del Centro de Ingeniería Política, prevé cierta flexibilidad en la estrategia de las autoridades. “No creo que se elija una estrategia rígida – liberal o reaccionaria– sino que lo más probable es que el gobierno reaccione ante los estímulos concretos”, opina el experto.
El politólogo no ve posibilidades para que se lleve a cabo una política dura y radical. “Las personas que votaron a Putin en realidad no quieren endurecimiento de la política del país”, afirma.

Los expertos esperan que Vladimir Putin realice las reformas relevantes pero no demasiado populares. “A juzgar por las ideas que Putin expuso en sus artículos, comprende muy bien que el país necesita unas reformas serias”, dijo a RIA Novosti Leonid Poliakov, catedrático de la Escuela Superior de Economía de Rusia.

Es más, el nuevo presidente se verá obligado a abordar las reformas, asegura el director del Centro de Información Política, Alexei Mujin. “La confianza que los ciudadanos rusos depositaron en él le obliga a proceder de un modo determinado”, considera Mujin. Las reformas se efectuarán no sólo en el área política, sino también económica y social.

“En Rusia habrá revolución, pero será una revolución desde arriba, y será una revolución administrativa. Es más, ya ha comenzado", asegura el experto "y se manifiesta en la sustitución de  altos ejecutivos tanto en la administración central como en las regionales”.

El nuevo gobierno tendrá un papel importante en el proceso de reformas, considera Poliakov. “Los planes concretos dependen de las tendencias en la economía mundial, que se encuentra en la situación muy confusa: no está claro qué pasará en Europa, qué precio tendrá el petróleo y otras materias primas que determinan en gran parte la economía rusa” añade.

Piruetas para reconciliación

Para comprender qué reformas son posibles habrá que ver la procedencia de los votos que permitieron a Vladimir Putin triunfar en la primera ronda de las presidenciales, piensa Evgueni Mínchenko, director del Instituto Internacional de Estudios de la Coyuntura Política.

“Son los votos que perdieron Vladimir Zhirinovski (presidente del Partido Liberal Democrático) y Serguei Mirónov (candidato por el partido liberal Rusia Justa), es decir son votos de los partidarios del aumento de la responsabilidad social del estado y de los que abogan por una política internacional bastante dura y por la búsqueda del equilibrio en la llamada cuestión nacional”, explica Mínchenko.

El problema, en cambio, está en que la situación real exige una política económica bastante liberal y mucha compostura en el escenario internacional. “Putin tendrá que hacer piruetas para reconciliar las contradicciones de su mandato y los problemas objetivos que enfrenta el país”, concluye Mínchenko.

En cuanto a las reformas políticas, lo más probable es que Putin obre con cautela, pronostica Makarkin. “Por un lado, la oposición exigirá nuevas reformas, por ejemplo, en el sistema electoral. Por el otro, Putin dará este paso sólo en el caso de que sienta que no le queda otra opción”, explica el politólogo.

Los expertos comparten la opinión de que el nuevo presidente de Rusia difícilmente podrá evitar las reformas impopulares. Pero se tomará un tiempo para demostrar a todas las capas de la población del país la necesidad de las mismas.

“Putin ya ha demostrado que es un político que planea muy bien sus acciones, por lo tanto antes de abordar las reformas impopulares preparará a la sociedad”, señaló Mujin.

El ganador de la carrera presidencial tendrá que reformar el sistema de pensiones y posiblemente aumentar la edad de jubilación, en lo que insisten muchos economistas. Aunque Evgueni Mínchenko cree que esta tarea ingrata se la endosará a otros.

“Es posible que el multimillonario y rival de Putin en las presidenciales, Mijaíl Prójorov, se una al equipo gubernamental”, conjetura Mínchenko, “y entonces se podrá decir que muchas personas votaron las medidas impopulares, por lo tanto Prójorov obtiene la posibilidad de realizarlas. Es con este objetivo con el que el Kremlin apoyó a Prójorov en las elecciones”.

Alexei Mujin cree que Putin tendrá que introducir impuestos progresivos e impuestos al lujo. “Es probable como medida populista. Después de todo, tendrá que complacer de alguna manera a los que le votaron”, - opina Mínchenko.

Los empresarios tienen sus propias expectativas. “Esperan que bajen los impuestos en los sectores no relacionados con la explotación de materias primas”, dice Mujin.

El “tira y afloja” para la oposición

Las relaciones del gobierno con la oposición podrán desarrollarse según patrones diferentes. “Como una medida paliativa se ofrecerá a la oposición la posibilidad de participar en las reformas políticas y sociales”, supone Alexei Mujin “y al mismo tiempo se aplicarán las normas del Código Penal a los que sobrepasan los límites de lo legal, ya que el intento del Golpe de Estado se califica como un delito penal”.

Por lo tanto, la oposición está condenada a colaborar con el Kremlin y participar en la reforma política, o bien confrontarse y montar provocaciones para mantener el interés mediático, deduce Mujin.

Evgueni Mínchenko cree que el gobierno “intentará marginalizar al máximo la oposición para llevar a cabo ciertas iniciativas”. Será fácil hacerlo: “El principal método de la marginalización será la división, lo cual no resulta  complicado con la nueva ley sobre el registro de los partidos políticos promovida por el presidente”, afirma Mínchencko.

No obstante, Leonid Poliakov espera que “el gobierno haga propuestas a la oposición para entablar el diálogo”. Pero la oposición tendrá que cambiar de actitud: pasar de la protesta a la acción política concreta, a la creación de los partidos políticos que defiendan los intereses de los grupos concretos, explica Poliakov. Aquella parte de la oposición que no será capaz de formar un partido político, según el experto, usará métodos radicales.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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