El veredicto contra los padres adoptivos del ruso Vania Skorobogátov, los estadounidenses Nanette y Michael Craver, responsables de su muerte en 2009, asombra con su flagrante irresponsablilidad, según se desprende del respectivo comentario del Ministro ruso de Asuntos Exteriores divulgado este sábado.
“Nos indigna y preocupa el fallo dictado el 18 de noviembre por el tribunal de la ciudad de York (Pensilvania) a los esposos Craver, acusados de asesinar en agosto de 2009 a su hijo adoptivo ruso Vania Skorobogátov. Los padres adoptivos, que habían torturado hasta la muerte al niño de 7 años, fueron liberados tras pasar en la cárcel sólo un año y medio”, dice el comunicado.
El veredicto, señala el documento, asombra con su flagrante irresponsabilidad y no corresponde en absoluto a lo cometido.
“En marzo de 2010 presentamos una protesta oficial a la parte estadounidense por no haber notificado oportunamente a la parte rusa de la muerte del niño. Además, suscita preguntas la postura de los servicios sociales estadounideneses, que, sabedores del abuso físico que sufría el chico, no hacieron nada para poner fin a las palizas”, señala la Cancillería rusa.
El Ministerio ruso de Exteriores espera que con la entrada en vigor del acuerdo bilateral sobre la cooperación en materia de prohijamiento entre Rusia y EEUU, la situación de los niños adoptivos rusos en familias estadounidenses mejore y “los casos espeluznantes como éste se hagan imposibles”.
El tribunal de la ciudad de York (Pensilvania, EEUU) condenó la víspera a los esposos Michael y Nanette Craver a 16 meses de cárcel por homicidio involuntario de su hijo adoptivo ruso Vania Skorobogátov, pero los puso en libertad justo en la sala de audiencias por haber pasado ya los dos más de un año y medio en la carcél.
Los jurados declararon parcialmente culpables a los padres adoptivos, pero dictaron el fallo absolutorio respecto a la acusación del homicidio premeditado. La fiscalía pidió la pena capital para los Craver.
Nathaniel Craver de 7 años (Vania Skorobogátov, procedente de la provincia rusa de Cheliábinsk, los Urales) falleció el 24 de agosto de 2009 a causa de un trauma craneocefálico. La fiscalía afirmó que la muerte sobrevino a consecuencia de apaleamiento y heridas, unas 80, que pueden valorarse como tortura.
La defensa insistió a su vez que el chico tenía el síndrome alcohólico fetal y otras alteraciones y que se había herido a sí mismo.
