El Ministerio de Defensa ruso finalizó los trámites el 95% de los contratos previstos en el programa nacional de compra de armamento y material para 2012.
El correspondiente anuncio hizo el martes, 11 de octubre, el primer viceministro de Defensa, Alexandr Sujorúkov.
Durante la enconada lucha por el precio final “cayeron” varios generales de la industria. Sin embargo, hasta ahora algunos contratos clave continúan sin firmar.
La epopeya de contratos militares
A mediados de octubre cuando finalizó la firma de parte de los contratos, los militares sacan ciertas conclusiones. Según declaró este verano el titular de Defensa, Anatoli Serdiukov, su ministerio a partir del año 2012 acordará los precios de los contratos con antelación, durante el año precedente a la concetación de los pedidos.
Este año la firma de los contratos para la defensa, que comenzó desde la primavera, se ha convertido en una verdadera epopeya. Los fracasos del año 2010, aunque fueron causa de algunas destituciones, no provocaron grandes escándalos. Sin embargo, este año los militares y los industriales se han enfrentado de manera tan violenta que la prensa no daba abasto para publicar las acusaciones mutuas.
¿Por que el pacífico proceso de compras militares de repente se convirtió en una guerra?
Se debe, por un lado, a que los gastos militares y, por consiguiente, los volumenes de pedidos, aumentaron bruscamente, de ahí que la industria militar resultó insuficiente para suministrar ese armamentos a tiempo y a un precio razonable.
Por otro lado, a la complicada situación de los fabricantes se añadió la reestructuración del propio sistema de contratos. El Ministerio de Defensa retiró a los estados mayores de cada arma del ejército el derecho a adquirir armamento y material quedándose el único responsable de concluir contratos el correspondiente departamento ministerial, que en seguida quedó también con un trabajo muy pesado.
Reajustes decisivos
Para resolver los problemas con el programa nacional de compra de armamento y material el Ministerio de Defensa recurrió no sólo a medidas administrativas y sino también financieras.
Alexandr Sujorúkov dio a entender que una serie de destituciones de altos cargos del complejo militar-industrial fue consecuencia directa del incumplimiento de los contratos militares de 2010.
Las destituciones más sonadas fueron tres que se produjeron a principios de 2011: la del presidente de la corporación aeronáutica rusa OAK, Alexei Fiódorov, la del director general de la mayor empresa rusa de construcción naval Sevmash, Nikolai Kalistrátov, y la del jefe del consorcio Almaz Antei, fabricante de sistemas de defensa antiaérea, Igor Ashurbeili.
Con respecto a la última Sujorúkov precisó que el motivo había sido la suspensión de suministros contratados de los novísimos sistemas antiaéreos S-400. Según explicó el viceministro, la destitución de Ashurbeili sirvió para centralizar la gestión del proceso productivo y consolidar los flujos financieros en la empresa central del grupo Almaz Antei.
Es que en el sector se había creado cierta dualidad de poderes: dentro del consorcio Almaz Antei, integrado por los fabricantes rusos de sistemas antiaéreos, existía “un estado dentro del estado”. La empresa diseñadora de los sitemas S-300P y S-400, Almaz, antes de pasar a formar parte del consorcio en 2008, había tratado directamente tanto con el Ministerio de Defensa como con otros muchos compradores de los sistemas antiaéreos rusos.
A partir de ahora todos los contratos ministeriales se firmarán sólo con la oficina central del consorcio.
Por fin firmados
Al enfrentarse a toda una serie de problemas con el plan integral de compras militares la Defensa decidió ir por partes. Muchos de los contratos importantes y esperados, que estuvieron pendientes de confirmar durante varios meses, por fin están suscritos.
Entre ellos el de los suministros de 65 aviones de combate y entrenamiento Yak-130: al final la OAK y el Ministerio de Defensa acordaron el precio de venta de 444 millones de rublos (unos 14,3 millones de dólares) por aparato. Esta suma es algo menor que la cifra mencionada por la prensa anteriormente de 15,4 millones de dólares por avión: este era el precio en el que insistía la OAK y que no aceptaba el Ministerio. No obstante, los suministros se realizarán con retraso ya que no se iniciarán hasta el año 2012 en contra de lo planeado.
También están concluidos los contratos para el suministro al ejército de sistemas de misiles estratégicos. Tras un intercambio de reproches entre la Defensa y el Instituto de Termotécnica de Moscú, fabricante de los cohetes balísticos Yars y Bulavá, cuyo precio era objeto de controversia, las negociaciones avanzaron, aunque es difícil de saber si ambas partes se quedaron convencidas. Tal vez nos espere un nuevo capítulo en la polémica el año que viene.
A repetir el curso
Sigue pendiente de confirmar el contrato con la corporación aeronáutica rusa RSK MIG para el suministro de 24 cazas MiG-29K/KUB de emplazamiento en portaviones destinados a reemplazar los aviones del único portaaviones ruso "Almirante Kuznetsov". Sin embargo, el contrato, cuyo precio asciende, según fuentes extraoficiales, a unos 2 mil millones de dólares, no está suscrito.
Comentando la demora Alexandr Sujorúkov señaló que se trata de un acuerdo muy especial. En primer lugar porque además de los aviones se adquieren diversos equipos técnicos. Además, y lo más relevante, el departamento militar está comprando un producto que no había encargado.
Cabe recordar que la versión del MiG-29K, diseñada a finales de los años 1980, fue desarrollada hace poco por encargo de las Fuerzas Navales de la India. La empresa RSK MIG llevó a cabo un proyecto de modernización del caza sin haber recibido ninguna financiación por parte de los militares rusos. Ahora el Ministerio ruso de Defensa está dispuesto a cubrir los gastos del desarrollo del avión. Por lo visto esto complica las negociaciones para su compra.
Alexandr Sujorúkov comunicó que por ahora los suministros de los MiG-29K para la Armada de Rusia se aplazan para los años 2013-2015, aunque la Defensa espera firmar el contrato antes de que termine 2011.
Entretanto, el pedido de los submarinos nucleares es el que tiene horizontes más confusos. Los contratos con la Corporación de Construcción Naval (OSK, por su sigla rusa) para el suministro de sumergibles para los proyectos 955 Borei y 885 Yasen no están concluidos hasta ahora.
Los fabricantes alegan que han aumentado enormemente los precios de materias primas y materiales consumidos por el sector (en primer lugar el de acero) y de electricidad.
Defensa guarda silencio. El viceministro se mostró muy escueto al respecto señalando que los motivos que impiden colocación de pedidos de los submarinos es “imperfección del sistema de formación de precios en el país”. Con esto se explica todo, y nada.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
