El ex canciller y ex primer ministro de Rusia, Evgueni Primakov, afirmó hoy que la operación Odisea del amanecer en Libia rebasa el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU y sugirió no apostar por los rebeldes sino por “instituciones estatales sin Gadafi”.
“Esta operación sobrepasa el marco del mandato otorgado mediante la resolución (1973) del Consejo de Seguridad de la ONU”, manifestó Primakov en una entrevista con el diario Moskovskie Novosti. “Nadie ha autorizado a la coalición internacional, además de bombardear las posiciones de defensa antimisil, a realizar ataques contra soldados de Gadafi y su Ejército. Es una intromisión directa en guerra civil, a raíz de lo cual mueren también civiles”, dijo el político, quien es un reputado experto en asuntos orientales.
Constató que la resolución 1973 “dista mucho del ideal” y lamentó que Rusia no haya presionado lo suficientemente para perfeccionar ese documento pero admitió que ha hecho bien en no ejercitar su derecho al veto a la hora de la votación. “La grandeza de una potencia no puede sustentarse en la aplicación del veto”, señaló.
Primakov, quien abandonó recientemente el cargo de presidente de la Cámara nacional de Comercio e Industrias y encabeza a día de hoy el Centro de análisis situacional en la Academia de Ciencias de Rusia, está convencido de que el Islam no es el único factor que domina actualmente el panorama del Oriente Próximo. “También existen otras corrientes de carácter político y social”, dijo el ex primer ministro al recordar que las revueltas se iniciaron en Túnez y Egipto, naciones que figuran entre las más desarrolladas del mundo árabe. El arrebato revolucionario en la región apunta principalmente contra regímenes autoritarios y corruptos, en su opinión.
El caso de Libia, sin embargo, es especial. Primakov dijo estar de acuerdo con un reciente artículo de The New York Times que sugería no confundir guerras tribales con democracia. Algunas tribus que desean recuperar protagonismo y desbancar del poder a otras tribus no necesariamente luchan por la democracia sino que se aprovechan de las consignas democráticas con otros fines.
Gadafi, a su juicio, tendrá que “dejar el poder de una u otra manera” pero “ni EEUU, ni sus aliados, ni nadie desea que Libia, como antes Iraq, se sumerja en un caos del que tardaría muchos años en salir”.
El político ruso no ve islamistas moderados en Libia y recomienda apostar por “estructuras estatales pero sin Gadafi”. “En cuanto a los rebeldes, difícilmente podrán triunfar y controlar la totalidad del país. Aún es prematuro para reconocerlos como Gobierno de toda Libia como han hecho Francia, Qatar y varios Estados más”.
Rusia, según él, debería “reforzar su influencia en el Cuarteto de mediadores” para el arreglo en el Oriente Próximo, buscar mayor protagonismo en la región a través de estructuras científicas y organizaciones no gubernamentales, así como entablar contactos con grupos relativamente moderados como Movimiento del 6 de abril en Egipto o Los Hermanos Musulmanes que “seguramente serán legalizados” ahora. “Rusia tiene sus propios intereses en el Oriente Próximo”, subrayó.
Primakov duda de que la oleada revolucionaria se extienda a Arabia Saudí o provoque un cambio de régimen en Siria. La creación de una Palestina independiente, en cambio, “va cobrando importancia” en el contexto actual pero el Gobierno israelí, según él, “actúa de forma contraproducente en sus intentos de preservar el statu quo a toda costa”.
