El primer ministro de Túnez, Mohammed Al Ghanuchi, asumió hoy la jefatura de Estado ante “la incapacidad provisional del presidente de cumplir sus funciones”, anunció el propio Al Ganuchi por la televisión nacional.
El primer ministro dirigió un llamamiento a los ciudadanos del país, en que los exhortó a mantener la calma y prometió actuar en “estrictos marcos de la Constitución”, así como realizar reformas democráticas.
Anteriormente, el presidente de Túnez, Zin Al Abidin Ben Ali, abandonó el país. Los militares tomaron el poder en sus manos. Unas fuentes informaron asimismo que el presidente del Parlamento tunecino puede ocupar provisionalmente el puesto de Jefe de Estado.
Los disturbios masivos en Túnez adquirieron este viernes un carácter antigubernamental y antipresidencial. Ben Ali intentó arreglar la situación, destituyó al Gabinete de Ministros. Pero no logró el resultado apetecido.
Una oleada del descontento popular por insatisfactorias condiciones sociales, la corrupción y el desempleo recorrió Túnez ya a mediados de diciembre de 2010. Al menos 67 personas murieron, varios centenares recibieron heridas y traumas.
Ben Ali llegó al poder en 1987 a raíz de un “golpe palaciego”, sin derramamiento de sangre. Desplazó a Habib Burguiba, quien gobernó el país desde la obtención de la independencia de Francia en 1956.
El régimen de Ben Ali y su partido Unión Constitucional Democrática se caracterizaron por crueldad, la falta del respeto a las libertades y los derechos democráticos, el aislamiento a la oposición y el menosprecio a los problemas sociales.
En 2002, bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo, en la Constitución de Túnez se introdujeron enmiendas que anularon la limitación de los mandatos presidenciales que puede cumplir una persona y también la edad máxima (de 70 años) para el candidato a la presidencia.
