Las lágrimas femeninas contienen una sustancia química que reduce el deseo sexual en los hombres, consta en un artículo publicado esta semana en la revista Science.
El investigador israelí Noam Sobel y sus colegas del Instituto de Ciencia Weizmann, en Rehovot, comprobaron en una serie de experimentos que la excitación sexual y el nivel de la testosterona bajaban en los varones, si previamente olfateaban un apósito impregnado de lágrimas femeninas.
Las pruebas realizadas con una máquina de resonancia magnética también confirmaron un considerable descenso de actividad en las áreas cerebrales que están asociadas con la excitación sexual.
Las llamadas lágrimas emotivas actúan como una especie de señal química que, tal vez, permite a las mujeres evitar contactos indeseables. El descubrimiento contribuirá sin duda a aclarar el mecanismo de comunicación entre los géneros pero los investigadores confían en que también ayudará en el tratamiento de algunas enfermedades como el cáncer de próstata, en las que hay necesidad de reducir el nivel de testosterona.
