Barreras y cooperación internacional en la esfera militar

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A la gente le gusta analizar los resultados de las diferentes épocas y períodos de tiempo.

A la gente le gusta analizar los resultados de las diferentes épocas y períodos de tiempo. El final de una década invita a reflexionar sobre lo conseguido y las perspectivas que nos depara el futuro.

Dentro del campo militar, el desarrollo de la tecnología y del material bélico en los últimos diez años facilita las suficientes pistas para echar una ojeada al futuro.

Un muro invisible, pero no por ello menos espeso

En los últimos 10 ó 20 años, los militares se enfrentaron con el problema de los costes desorbitados a la hora de diseñar el nuevo armamento y material bélico, así como de unos plazos indefinidos para la ejecución de los programas. Uno de los ejemplos más representativos es el desarrollo del caza F-35 (JSF, Joint Strike Fighter). Durante la ejecución del proyecto los costes estimados de la fabricación de estos aviones llegaron a duplicarse y su entrada en servicio no deja de aplazarse.

La raíz de estos problemas habría que buscarla en los acontecimientos de hace unos treinta años, al comenzar en Estados Unidos y en otros países industrializados el desarrollo de unos proyectos llamados a sustituir el material ya desfasado de la época de la Guerra Fría. Ya entonces resultó evidente que una de las peculiaridades de estos nuevos equipos eran precisamente unos costes de producción desorbitados, en comparación con los modelos anteriores. Sin embargo, los diseñadores prometían un importante aumento de la eficacia y los líderes de los países optaron por no escatimar gastos para obtener la preponderancia.

La desintegración de la Unión Soviética supuso la retirada de la carrera armamentista de uno de sus principales participantes. No obstante, para EEUU el proceso continuó. Las autoridades de Washington se plantearon el objetivo de alcanzar la supremacía técnica y militar que, junto con la posición predominante de Estados Unidos en las esferas política y económica, garantizaría su liderazgo durante décadas. Sin embargo, casi inmediatamente Estados Unidos topó con un problema inesperado y desagradable: el crecimiento de los gastos en los nuevos proyectos no conllevaba necesariamente un correlativo aumento de las prestaciones del nuevo material. Por otro lado, las medidas impuestas para reducir costes resultaron infructuosas.
Existía una barrera tecnológica que frenaba los esfuerzos de todos los principales diseñadores de armas. La situación en sí no es novedosa, no es la primera vez que la industria militar se encuentra ante esta barrera que conlleva la disminución de la rentabilidad de cada rublo o dólar invertido en el desarrollo. Esto ya ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial y la época de la posguerra. El increíble avance tecnológico de aquellos años, conseguido por los países más poderosos del mundo, sólo fue posible por el impulso de la guerra misma, que obligó a los Estados a aumentar sobremanera la financiación del desarrollo de nuevos tipos de armamentos y de la ingeniería fundamental. En la actualidad, dicha barrera ha aparecido en el camino de todos los sectores de la industria, exigiendo cada vez mayores inversiones para conseguir cada vez menores avances.

La importancia de la cooperación técnico-militar

El crecimiento de los costes para incrementar el poderío militar hizo que aumentara la importancia de la integración y la cooperación técnico-militar. Los países, con cada vez mayor frecuencia, unen sus esfuerzos tanto para desarrollar los proyectos, como para producir y distribuir el producto final. En muchos casos, la integración abarca esferas más amplias, llevando a la unificación de las estructuras militares y a la creación de programas de cooperación a largo plazo. Un ejemplo paradigmático de esto fue el acuerdo firmado en otoño de 2010 por Francia y el Reino Unido.

El documento, como ya han subrayado muchos expertos, no tiene ningún precedente reciente: las dos partes homologarán su política militar hasta tal punto que se podría hablar incluso de la unión de sus Fuerzas Armadas o, como mínimo, del renacimiento de la Entente, coalición militar de la época de la Primera Guerra Mundial.

El acuerdo prevé un mando unificado de las operaciones militares; un control conjunto de la Fuerza Aérea, en primer lugar, de los portaaviones; la cooperación en la esfera del desarrollo y la producción del armamento y material y, finalmente, la cooperación en la creación de armas nucleares, donde las partes firmantes históricamente habían seguido caminos muy distintos: Francia realizaba programas de manera independiente y el Reino Unido siempre contaba con la asistencia de Estados Unidos.

La realización de tales programas conjuntos no sólo concederá a ambas partes la posibilidad de ahorrar en el desarrollo de nuevo material, sino que también elevará su potencial político: el poderío común de Francia y del Reino Unido permitirá solucionar los problemas de una manera más eficaz que si lo hicieran por separado. El problema consiste ahora en elaborar una Estrategia común que sea mutuamente beneficiosa.

Merece la pena mencionar también la cooperación técnico-militar entre Rusia y Francia, que va mucho más allá de la construcción de cuatro buques tipo Mistral. El intercambio tecnológico entre los dos países ha puesto de manifiesto una tendencia muy concreta: Rusia está dispuesta a adquirir en el extranjero muchos modelos de armamento, en aquellos casos en que su propia industria militar se muestre incapaz de satisfacer las necesidades del Ejército.

Todos los datos enumerados evocan los cambios globales que se están operando en estos momentos en la política internacional. Las grandes potencias mundiales, tras haberse enfrentado a unas nuevas amenazas, se ven obligadas a cambiar de estrategia, aunque a veces este proceso les suponga un gran sacrificio. De lo rápido que asimilen los líderes del mundo actual los cambios que estamos presenciando, dependerá la facilidad para abordar y superar estos cambios a nivel mundial.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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