Moscú convoca foro para comenzar el dialogo multinacional sobre el Ártico

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Andrei Fediashin, RIA Novosti

El crecido interés por las zonas septentrionales tras el descubrimiento de yacimientos petrolíferos en la plataforma continental de Groenlandia y las expediciones organizadas por Rusia, Canadá y los EEUU) evidencian la necesidad de entablar un diálogo amplio y serio sobre el Ártico.

Rusia propone que ese diálogo sea regular, y con esta finalidad, los días 22 y 23 de septiembre en Moscú transcurrirá el foro internacional "El Ártico, territorio del diálogo", organizado por la Sociedad Geográfica Rusa con la cobertura informativa de RIA Novosti.

La participación del primer ministro ruso Vladímir Putin realza la importancia de la cuestión ártica para el país euroasiático. Entre otros participantes asisten decenas de expertos sobre asuntos del ártico de Estados Unidos,  Canadá, Noruega, Dinamarca, la Unión Europea (UE), representantes de organizaciones no gubernamentales, empresarios, políticos y juristas.

El representante especial del presidente de Rusia Dmitri Medvédev para la cooperación internacional en el Ártico y Antártico, el reconocido explorador ruso, Artur Chilingárov, estima que las reuniones sobre los problemas actuales del Ártico,  la protección de su medio ambiente y el aprovechamiento de sus recursos naturales, debe celebrarse cada año según el formato propuesto por Rusia.

 El objetivo del foro es establecer la correlación de intereses nacionales e internacionales óptima para las "tierras del sol de medianoche", teniendo en cuenta las peculiaridades ecológicas de la región como de uno de los generadores principales del clima global.

Aunque este filón de oro por ahora no pertenece a nadie, muy pronto deberá ser repartido. El 15 de septiembre Rusia y Noruega dieron un ejemplo de cómo tratar sus complejos problemas territoriales al firmar un convenio sobre la delimitación de las zonas marítimas y la cooperación en el mar de Barents y el Océano Glacial Ártico.

 El documento fue firmado en presencia del presidente de la Federación de Rusia Dmitri Medvédev y primer ministro de Noruega Jens Stoltenberg en la ciudad de Múrmansk, en el extremo noroeste de Rusia. 

Así se puso fin a los 40 años de disputas entre los dos estados sobre una franja marítima de 175 mil km cuadrados (la mitad del territorio de Alemania). Desde ahora el territorio disputado quedará dividido en dos partes casi iguales con fronteras determinadas para las zonas económicas y la plataforma continental.

Sería una utopía esperar que la conferencia de Moscú permita la firma de convenios semejantes (persisten tensiones entre los EEUU y Canadá, Dinamarca y Canadá). Todavía hacen falta instrumentos jurídicos y diplomáticos más eficaces,  y sobre todo, falta  tiempo.

Y no obstante, no se puede esperar mucho: el Ártico se está deshelando, y  en todo caso, el diálogo en Moscú será útil para encauzar la cooperación.

Los cinco países con serias pretensiones árticas, Rusia, Canadá,  EEUU, Dinamarca y Noruega, desde ahora tendrán que coordinar sus reivindicaciones. No será una tarea fácil, ya que sus visiones de cómo repartir el Ártico son polarmente diferentes.

Por ejemplo, durante el encuentro de los ministros de asuntos exteriores de Rusia y Canadá el 16 de septiembre en Moscú, el ministro canadiense, Lawrence Cannon, dijo que su país se proponía demostrar científicamente que la cresta de la cordillera submarina Lomonósov pertenece a su país.

 La pertenencia de esta dorsal oceánica ahora la intentan determinar tres expediciones a la vez: la rusa, la canadiense y la estadounidense.

La expedición rusa, a cargo del buque de investigación Akademik Fiodorov, permanecerá en el Ártico hasta octubre. Esta y las ulteriores expediciones tienen como fin obtener datos cartográficos a favor de la reclamación oficial de Rusia.

 Moscú tiene previsto someterla sus pruebas recopiladas a la comisión de la ONU para las fronteras de la plataforma continental en el año 2013.

En 2001,  Rusia presentó otra petición pero entonces no fue reconocida debido a la falta de argumentación científica. Además de Rusia la reclamación la hizo también Noruega en el año 2006.

Según los cálculos aproximados, las reivindicaciones de Rusia abarcan un territorio de 1.2 millones de km cuadrados. En este espacio podría caber casi toda Europa Occidental.

 Según algunas estimaciones, en el subsuelo de la plataforma continental se encuentra casi un cuarto de todas las reservas mundiales de los recursos minerales. Gracias a las tecnologías contemporáneas de extracción de hidrocarburos, la explotación de los yacimientos en el ártico no será complicada.

En el área del ártico están concentrados 90 mil millones de barriles del crudo y 50 mil millones de metros cúbicos del gas. Como sostienen los Estados Unidos, en el Ártico se encuentra el 30% de todo el gas natural y el 13% del petróleo.

El deshielo del Ártico. Infografía>>

El crudo yace principalmente en las partes correspondientes a Alaska y Groenlandia, mientras que el gas se encuentra cerca del sector de Rusia.

Para Rusia no tiene ningún sentido adentrarse en el Ártico, a menos que decidan de nuevo "habilitar el dinero estatal". Según las estimaciones del Servicio Geológico de los EEUU (US Geological Survey), las reservas principales de petróleo y de gas en el Ártico yacen dentro de las 300-500 millas marinas de la costa.

 Se encuentran, sobre todo, en los sectores rusos de mar de Kara y mar de Barents. Son de 9-10 mil millones de toneladas equivalentes del petróleo (Tep).  

La "Corona de Nieve" del planeta la están discutiendo ya desde hace tiempo los principales países de la región: Dinamarca (Groenlandia es una provincia de este estado), Canadá, Noruega, Rusia y los Estados Unidos. Claro que cada uno de ellos intenta repartirla de manera que le quede la mayor parte de la plataforma continental.

Rusia considera que no hace falta un nuevo acuerdo para el Ártico. Para regir los problemas del Glacial Ártico basta con la Convención de la ONU sobre el  derecho del mar de 1982 de la que se guiarán todos los participantes para arreglar  los problemas que surjan, incluyendo los territoriales.

 La Convención es, de veras, un potente documento de derecho internacional, casi una constitución marítima que regula todos los actos relativos al océano. Pero el problema es que a pesar de que muchos la han firmado, todavía no está ratificada por todos.

La vida en el Círculo Polar Ártico. Infografía 

 Por ejemplo, no lo han hecho todavía los EEUU. Además, cada país de los cinco tiene reclamos contra su vecino respectivo.

La historia no sabe ejemplos todavía de que la humanidad resuelva la repartición del subsuelo o espacio acuoso riquísimos sin colisión de intereses. Tanto menos se puede esperarlo en nuestros tiempos de crisis de energía.

Por eso precisamente Rusia ha convocado el foro: "El Ártico, territorio del diálogo".

Los problemas ecológicos del Ártico. Infografía

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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