Moscú, 8 de abril, RIA Novosti. El presidente de Kirguizistán, Kurmanbek Bakíev, depuesto recientemente por una rebelión popular organizada por la oposición, repitió los errores de su antecesor, Askar Akáev, e incluso empeoró la situación afirmó hoy el vicepresidente de la cámara alta del parlamento ruso, Alexander Torshin.
Al menos 75 personas murieron y otras 1.000 resultaron heridas a raíz de los disturbios que se iniciaron en Kirguizistán hace tres días y provocaron la huída del mandatario kirguís, Kurmanbek Bakíev, de la capital kirguís.
"La influencia de clanes en el ámbito estatal no ha desaparecido, y Bakíev no supo satisfacer las esperanzas depositadas en su persona", indicó el político ruso a la prensa.
Torshin, quien durante los últimos cinco años encabezó la misión de observadores de la Asamblea Interparlamentaria de países ex soviéticos durante las elecciones presidenciales y legislativas en Kirguizistán, señaló que en los últimos comicios parlamentarios las tensiones en el país empezaron a ponerse en relieve.
Según el experto, las autoridades del país no cumplieron sus compromisos y tampoco supieron iniciar un diálogo constructivo con la oposición.
"Lo importante ahora es no permitir más víctimas y saqueos. Para ello, hay que emplear con todas las medidas de estabilización de la situación en Kirguizistán, que sigue siendo un socio estratégico de Rusia", concluyó Torshin.