Moscú, 19 de noviembre, RIA Novosti. Un tribunal británico prohibió a un ciudadano del condado de Cheshire tener perros durante 10 años por su incapacidad de cuidar adecuadamente a su dálmata Barney, que engordó de manera desproporcionada, informó hoy el periódico Sun.
El abogado que defendió a ese hombre, dijo que el señor Green no trataba a Barney como a un perro sino como a un amigo. "Cuando Green se comía un paquete de chips, le daba otro a Barney", explicó.
Como resultado de esa amistad, el can en tres meses adquirió un tamaño tres veces mayor que el normal de su raza, y cuando los inspectores de la Real Sociedad contra el trato cruel a los animales (RSPCA) recibieron información sobre el perro y llegaron a la casa de Green, Barney pesaba cerca de 70 kilogramos y tenía dificultades para andar.
El propio Green reconoció que compartía con su dálmata todo cuanto comía, incluidos dulces y chocolate.
Gracias a una estricta dieta a que fue sometido, Barney adelgazó mucho, y actualmente pesa 25 kilogramos.
Según un estudio realizado por médicos veterinarios del Reino Unido, los británicos miman demasiado a sus mascotas, por lo que casi la mitad de sus perros y gatos sufren obesidad y enfermedades derivadas.