Tres ciervos irrumpieron en una tiendas de cervezas de Greensburg, estado estadounidense de Pensilvania. Uno por poco tumba a un dependiente y otro chocó con la puerta. El personal y el público, presas del susto, se apresuraron a abandonar el comercio. Después de dar unos saltos encima de las cajas de cerveza, los huéspedes no invitados se fueron. Pero antes subieron sobre carritos y de allí saltaron de modo elegante hacia afuera.
Por Serguei Yolkin