En Rusia se multiplican las desproporciones regionales que podrían desgarrarla, constata Nezavisimaya Gazeta en su editorial de hoy. Algunas acciones del Gobierno federal, a juicio de este periódico, sólo contribuyen a acentuarlas y obstruyen la formación de un espacio socioeconómico homogéneo.
El nivel de ingresos en la Comarca Autónoma de los Nenets de Yamal, la zona gasífera del norte de Rusia, es 10-13 veces superior al de algunas repúblicas norcaucásicas. Hace un año, muchos rusos se resignaban a cobrar sueldos más bajos en comparación con los de Moscú o las regiones septentrionales porque el bienestar de la población, aunque de forma desigual, seguía en aumento. La crisis agravó el problema: ahora que se observa una caída generalizada de los ingresos resulta más difícil entender por qué el Centro es más benévolo con unos que con otros.
Ayer se supo que la provincia de Moscú, próxima a una situación de default, recibirá este año dos de los 20 mil millones de rublos en concepto de créditos regionales aunque los ingresos legales e ilegales de sus funcionarios dan comidilla a todo el mundo. Las autoridades federales pretenden aumentar a 150 mil millones de rublos el volumen de empréstitos regionales pero hay grandes sospechas de que las provincias más pobres, obligadas a recortar ahora todos sus gastos, tampoco serán esta vez las principales beneficiadas.
El Gobierno federal también manifiesta síntomas de discriminación regional a la hora de distribuir el dinero destinado directamente a los ciudadanos. A los jóvenes y a los jubilados del Extremo Oriente de Rusia, por ejemplo, se les prometió un descuento del 50% para los vuelos aéreos a Moscú, San Petersburgo y Sochi durante la temporada vacacionista. A las autoridades no se les ocurrió explicar a la población de otros territorios apartados, como Buriatia o Transbaikalia, que son limítrofes con el Extremo Oriente, por qué se vieron al margen de tales beneficios. El desempleo afecta a un tercio e incluso a la mitad de la población activa en algunas zonas del Cáucaso del Norte. La tasa del paro en Chechenia e Ingushetia, calculada de acuerdo con la metodología de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alcanza el 35,5 y el 55%, respectivamente. La situación de las repúblicas vecinas tampoco es muy alentadora. No es de extrañar que en la región haya tantos separatistas, algunos de los cuales están dispuestos a tomar las armas para buscarse un futuro mejor fuera de la actual Federación de Rusia. ¿A quién le va a gustar que Rusia trate a unas regiones como madre cuidadosa, y a otras, como madrastra?
