Como "libro olvidado" califica el diario Vedomosti la Constitución rusa, que hoy cumple 15 años.
Las primeras enmiendas a la Carta Magna, encaminadas a incrementar la duración del mandato presidencial y la legislatura de la Cámara baja, se presentaron solamente en 2008 pero, en realidad, el texto constitucional fue objeto de "continua revisión, lenta pero imparable" desde el momento de su adopción, sostiene el periódico.
Varias normativas legales aprobadas en estos últimos años "erosionaron muchos artículos de la Constitución", aprobada mediante un referéndum el 12 de diciembre de 1993. Resulta emblemático que desde entonces no se hayan celebrado plebiscitos en Rusia. La vigente Ley del Referéndum contempla tres barreras adicionales para la convocatoria de consultas populares: es necesario acordar con la Comisión Central Electoral las cuestiones a incluir en las papeletas de voto, formar un grupo promotor de 4.500 miembros y recoger dos millones de firmas a favor de la celebración.
Nadie suprimió el derecho constitucional a las libres elecciones en Rusia pero los gobernadores ya son nombrados por el presidente; se abolieron las circunscripciones uninominales y el voto contra todos.
El artículo 29 de la Ley Fundamental todavía proclama la libertad de expresión y la prohibición de censura pero es extremadamente difícil escuchar voces alternativas en la televisión nacional.
Tampoco cabe hablar del respeto al derecho de propiedad, tras una serie de juicios ejemplares y adopción de "leyes olímpicas" que facilitan la expropiación de terrenos y edificios en Sochi, futura sede de los Juegos de Invierno 2014.
La Constitución sigue siendo un documento potestativo en Rusia, como si se tratase de un reglamento de obras de minería a la hora de excavar un sótano. Apenas el 22% de los rusos entrevistados por el Centro Levada dice que la Carta Magna protege sus derechos.
En su editorial de hoy, Vedomosti señala que esta situación va a cambiar tal vez cuando la Ley Fundamental consagre los derechos de simples ciudadanos y los proteja en eventuales conflictos con el Estado. Uno de los autores del texto constitucional, Víctor Sheinis, cree posible y necesario entre otras cosas reforzar el protagonismo del Parlamento para equilibrar de esta manera al fuerte poder presidencial.
