El líder de la revolución libia, Muammar al-Gaddafi, que según una fuente en la cancillería rusa, ha de arribar a Moscú el próximo 31 de octubre, no ha visitado Rusia desde 1985. Expertos y analistas opinan que su visita podría conferir impulso a importantes contratos en materia de exportación de armamentos.
Según comenta un empleado del Gabinete de la Presidencia rusa, ahora se celebran consultas diplomáticas para concordar los detalles de la visita que ha de celebrarse en lo que resta de año.
Un apreciable progreso en las relaciones bilaterales fue registrado el pasado mes de abril, cuando Vladímir Putin, poco antes de ser nombrado primer ministro, hizo una visita a Trípoli. En aquella ocasión la deuda libia ($4.600 millones) fue condonada a cambio de nuevos contratos con Rusia, el más importante de los cuales fue el tendido del ferrocarril Sirt - Bengazi por importe de 2.200 millones de euros (contratista: sociedad Ferrocarriles de Rusia RZD) y con una extensión de 554 kilómetros. Además, el monopolio gasístico Gazprom firmó con la Petrolera Nacional de Libia y el Fondo Africano Libio de Inversiones memorándums marco sobre la constitución de empresa mixta para ejecutar proyectos tanto en Libia como en otros países africanos. Y, por ultimo, no descarta la celebración de contratos de suministro de armamentos por un montante superior a $2.000 millones.
Según una fuente en la corporación pública Roctex (Tecnologías Rusas), aunque de momento no se han suscrito importantes contratos con Libia, se baraja la posibilidad de suministrar a este país 16 cazas Su-30 MKI, carros blindados T-90, sistemas de misiles Tor-M2E, así como repuestos para material y armamentos suministrados anteriormente.
A pesar de lo impredecible que es Gaddafi, su visita realmente podría impulsar la ejecución de los proyectos ya acordados, opina Yevgueni Satanovski, director del Instituto de Oriente Próximo. El máximo dignatario reúne en sí las funciones del Ejecutivo y del Legislativo, de modo que sin contactar con él será imposible promover la cooperación con Libia.
No en vano, una vez levantadas las sanciones impuestas a Libia, visitaron este país rico en petróleo las primeras figuras de Gran Bretaña, Italia y Francia, recuerda el científico.
Francia firmó el memorándum sobre la venta a Libia de hasta 18 cazas Rafale por importe de 2.200 millones de euros, afirma Konstantín Makienko, experto del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, pero la transacción todavía no está concertada, y los aparatos rusos no tienen nada que envidiarles a los franceses. Además de ser más baratos, no contienen dispositivos paralizadores que, en caso de ser activados, hacen imposible su explotación. Los productores de armas occidentales a menudo recurren a semejantes amaños al suministrar armas a países como Libia, explica el experto.
