Cannes, 15 de mayo, PL, para RIA Novosti. Cada historia en el cine plantea mundos apartes que al final se concatenan si están bien contadas, una máxima que predomina en Leonera, la película del argentino Pablo Trapero en concurso en el 61 Festival de Cannes.
Los nexos, distantes sin dudas, existen de todos modos entre la obra de Trapero (Mundo grúa, El bonaerense) y la premier ayer, en la apertura del fastuoso encuentro del séptimo arte, de La ceguera, del brasileño Fernando Meirelles.
Parece que se hablará todos los días de América Latina en esta ciudad de la Cóte d´Azur de Francia, bromeaba el mexicano Alfonso Cuarón (Y tú mamá también), integrante del jurado que otorgará las codiciadas Palmas de Oro del Festival.
Leonera resume un drama conmovedor sobre mujeres encarceladas con sus hijos, sin ambages y con un lenguaje visual impactante. Fue rodada en centros penitenciarios reales, entre ellos el de Olmos, una antigua cárcel clandestina de la dictadura militar.
Trapero se llevó los aplausos, algunos marcados por la euforia, pero sin dudas su película corrió mejor suerte que la de Meirelles, para muchos excedido en un mensaje demoledor sin convencer por completo.
En la cinta argentina, los críticos resaltaron el protagónico de la actriz Martina Gusman, esposa de Trapero en la vida real, y del brasileño Rodrigo Santoro. Se incorpora también de forma decorosa la cantante Uruguaya Elli Medeiros.
Poco después de la proyección de la cinta, el realizador argentino comentó a periodistas que cuando empezó su investigación para escribir la película, le sorprendió "la falta de información que había sobre esa realidad de los niños presos con sus madres.
Parte de un guión clásico, inspirado en el estilo de los años 50, pero con la originalidad del trato a un tema tan deprimente, según admitió.
Junto con Trapero, La mujer sin cabeza, de Lucrecia Martel, también de Argentina, y Linha do Passe, del brasileño Walter Salles, representarán a Latinoamérica en el concurso principal de Cannes, al igual que La ceguera.
