Moscú, 12 de mayo, RIA Novosti. Activistas de Greenpeace han procedido a la recogida de firmas bajo un llamamiento al nuevo presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, pidiéndole que pare la construcción de masa de plantas incineradoras de basura en Moscú.
"Es verdad que en esta megápolis y en sus alrededores se ha configurado una situación complicada y es necesario hacer algo porque los vertederos y los polígonos están llenos de residuos", consta en una nota de prensa emitida el lunes por la ONG ecologista. Lo anterior, sin embargo, no significa que el problema de la basura pueda "resolverse a expensas de la salud de los moscovitas". "La incineración de basura provocará de forma inevitable la emisión de dioxinas peligrosísimas, así como de mercurio, cadmio, plomo, bromuro, flúor y otras substancias tóxicas", advierte el documento.
En marzo pasado, el Gobierno de Moscú aprobó un proyecto que prevé para un futuro próximo la construcción de diez plantas incineradoras de basura. Las autoridades usan en calidad de argumento la "experiencia europea" pero "rehúsan decir que ningún país del Viejo Continente incinera residuos sin preparar" y "no hacen absolutamente nada por... separar lo que no puede quemarse en ningún caso", según Greenpeace.
