Australia aumentó su territorio en un tercio: la ONU reconoció los derechos de este país sobre la plataforma continental del Antártico.
Se trata de un área de 2,5 millones de kilómetros cuadrados y que puede ser rica en hidrocarburos, admitió Martin Ferguson, ministro australiano de Recursos Naturales.
Rusia lleva siete años esperando que la ONU le haga un regalo igual de generoso. En 2001, presentó a la Comisión de Límites de Plataforma Continental (CLCS, por la sigla en inglés) una solicitud con vistas a la extensión del territorio nacional a cosas de cordilleras subacuáticas en el Ártico.
Científicos rusos sostienen que la cordillera Lomonósov es una prolongación natural de la plataforma continental de Siberia. Canadá y Dinamarca también reivindican esta región rica en recursos petroleros.
El reconocimiento de los derechos de Australia sobre la plataforma antártica podría exacerbar la pugna por el reparto de los mares árticos en sectores nacionales, piensa Vladímir Kólosov, jefe de laboratorio de estudios geopolíticos en el Instituto ruso de Geografía. Es una lucha en que se usan argumentos geográficos, históricos, políticos y legales.
El artículo 76 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, aprobada en 1982, permite revisar las fronteras marítimas y extender la zona económica más allá de las 200 millas oficiales. Un Estado puede reivindicar sus derechos sobre la plataforma continental dentro del plazo de diez años a partir de la ratificación de este documento. Rusia firmó la Convención en 1997.
El caso australiano no es el primero. El pasado año, Irlanda extendió su territorio en 56 mil kilómetros cuadrados. Sin embargo, es una superficie relativamente pequeña, de modo que el auténtico precedente lo sienta la decisión tomada con respecto a Australia, piensa Jacob Verhoef, director del programa UNCLOS canadiense. Y aunque no es aplicable de manera directa al asunto de la cordillera Lomonósov, sí podría ayudar en la tarea de persuadir en esta materia a la Comisión de la ONU, dijo él.
Canadá y Dinamarca tienen de plazo hasta el año 2013 y 2014 para remitir sus respectivos expedientes a la ONU. Un estudio realizado por ambos países demuestra que la cordillera Lomonósov, desde el lado de las islas de Groenlandia (Dinamarca) y Elsmer (Islandia), es una extensión natural del continente norteamericano, según Verhoef.
