La fuente de inestabilidad en la política mundial a día de hoy consiste en que todos los protagonistas procuran desatarse las manos al máximo, escribe Alexei Bogatúrov, subdirector del Instituto ruso para los problemas de seguridad internacional.
La cooperación entre los países implica una limitación recíproca de la conducta pero esta autolimitación nunca ha sido el credo de los republicanos estadounidenses.
Conscientes de que la justicia no está de su lado, van subiendo el tono de propaganda en materia de política exterior y aprovechan el ruido para arrebatarse nuevas posiciones ventajosas en Europa Occidental. Objetivamente, el mundo se volvió unipolar a principios de los 90 pero es sólo a mediados de esta década que se transformó en un mundo de acciones unilaterales. Y no es porque EEUU sea la nación más fuerte. El problema es que se resiste a tomar en cuenta a los demás.
Las controversias entre los miembros occidentales y orientales de la OTAN; las discrepancias que EEUU mantiene con China y Rusia; el antagonismo ya crónico entre Washington y el mundo árabe, todo ello se suma a las acciones unilaterales de EEUU y genera en el planeta un ambiente que presagia conmociones. Viene a completar este panorama de inestabilidad la reptante crisis financiera global provocada por la economía estadounidense. ¿Habrá llegado la hora del sálvese quien pueda?
Hace un año, Vladímir Putin proclamó en Múnich algo que a título confidencial llevaba mucho tiempo debatiéndose en las principales capitales mundiales: los problemas globales son tan complicados que no podemos seguir confiando la solución en EEUU o en algunas "coaliciones de los elegidos". La participación de EEUU es imprescindible para el arreglo global y prácticamente todo el mundo quiere cooperar con Washington. El problema es la autosuficiencia estadounidense. No estaría mal construir la Unión global para cooperación con EEUU. Eso sí, hay un inconveniente: sería feo reservar la presidencia de tal organismo para EEUU, que no se imagina en ninguna otra posición. Ahí está el dilema de cualquier diálogo con EEUU aunque Rusia se le parece en ello.
