Fausto Triana
Paris, 4 feb (PL) La "Escopetarra" del colombiano César López llegó a Francia con una carga de emociones disímiles, pero convocó a la reflexión en la UNESCO en París a partir del llamado "sui-géneris" a la paz.
Un fusil Ak-47 de combate transformado en guitarra es la novedosa idea impulsada por López, surgida en medio del conflicto interno y las altas cuotas de violencia que predominan en el país sudamericano entre varios actores.
"Poco después del año 2000 andábamos varios músicos preocupados por la situación de Colombia y de cómo hacer para ayudar de algún modo a allanar caminos de paz. Se creó entonces lo que denominados el Batallón de Artistas de Reacción Inmediata", dijo a Prensa Latina.
El joven cantautor bogotano recordó que en aquel momento se sentían como una brigada de bomberos que acudía cuando la gente necesitaba ayuda. "La nuestra era muy pequeña, pero de un alto componente de sensibilidad", acotó.
López refirió que en el 2003 se dio un atentando en un club de la capital colombiana. "Yo trataba de entrar y un soldado me lo impedía. Ambos nos empujábamos mutuamente, él con el fusil y yo con la guitarra, y ahí surgió la iniciativa", relató.
Con la ayuda del "luthier" Luis Alberto Paredes y en medio de una campaña de desarme en Colombia, diseñó las primeras "escopetarras".
"Al sobreponer la estructura de una guitarra sobre el rifle se obtiene un objeto que tiene un componente humano muy particular. Un desmovilizado me comentaba hace poco que si el AK-47 cambió como instrumento musical, él también podía hacerlo", destacó.
De hecho son ya 17 "Escopetarras", una de los cuales permanecerá en la sede de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), según anunció el embajador colombiano ante esta institución, Luis Guillermo Angel.
El artista deleitó en la UNESCO con varias canciones, entre ellas El tigre y el domador, El miedo y Libertad, interpretadas con la "Escopetarra" que permanecerá en París,
Anteriormente, en su afán de propiciar espacios de paz, César López entregó parte de su obra a los afamados músicos Fito Páez (Argentina), Juanes y Shakira, ambos colombianos, y la mexicana Julieta Venegas, así como a la ONU y a diferentes países del mundo.
