Culminaron en fracaso las consultas sobre construcción de un depósito subterráneo de gas en Bélgica que Gazprom celebró con la compañía belga Fluxys y con las autoridades del país durante unos 18 meses. El proyecto fue tachado de no redituable. Es el segundo revés que sufren los planes del monopolio ruso de instalar depósitos propios para el almacenamiento de gas en Europa Occidental.
Los estudios llevados a cabo revelaron la falta del atractivo económico en el proyecto, señalaron el pasado sábado las fuentes de la compañía belga. Según las fuentes, las partes planeaban construir un depósito de 300 millones de metros cúbicos de gas, pero los estudios efectuados pusieron en evidencia que el depósito podría almacenar sólo 120 millones de metros cúbicos. En el momento actual todos los depósitos de gas operativos en Bélgica son capaces de almacenar 700 millones de metros cúbicos que pueden utilizarse para cubrir las necesidades de los consumidores.
En honor a la verdad, ya en verano del año pasado el regulador energético belga CREG se opuso a los planes de Fluxys y de Gazprom y recomendó al Gobierno negar al consorcio ruso el derecho de reservarse el 75% de la capacidad del futuro depósito para un término de 25 años. Y el Gobierno belga no anunció su apoyo al proyecto por prolongada crisis política en el país.
Es el segundo chasco que sufre Gazprom en Europa Occidental. A principios del año pasado los poderes municipales de Gran Bretaña desestimaron la solicitud de una empresa conjunta de Gazprom y de la alemana WINGAS de poner en marcha el proyecto de almacenamiento de gas en un yacimiento agotado.
Los proyectos fracasados deberían fortalecer las posiciones de Gazprom al oeste del continente de cara a la puesta en explotación en 2013 de la segunda tubería del gasoducto Nord Stream, orientada a los mercados de Holanda, Bélgica, parte oeste de Francia y Gran Bretaña.
Gazprom se negó a comentar la situación configurada.
