Moscú, 31 de enero, RIA Novosti. Human Rights Watch (HRW), prestigiosa organización de defensa de derechos humanos, reprocha a las democracias occidentales de no dedicar la suficiente atención al problema de la observancia de los derechos humanos en Rusia.
"El tema de los derechos humanos ocupa insignificante lugar en las relaciones bilaterales y multilaterales con Rusia; se ejerce poca presión sobre Rusia para obligarla a buscar solución de los problemas pendientes", se señala en el informe anual de HRW difundido en Nueva York.
Los expertos hacen hincapié en las cuestiones de celebración de elecciones, relaciones entre organismos de Estado y organizaciones públicas, la realización de los derechos de los ciudadanos de Rusia a la Justicia y la situación que se vive en el Cáucaso del Norte.
Entre las fundamentales infracciones cometidas por las autoridades rusas en 2007, HRW señala la disolución de varias manifestaciones de carácter político, la detención e intimidación de activistas de los movimientos de oposición, las restricciones impuestas sobre la realización de las acciones conocidas como "Marcha de los disidentes".
Según HRW, los dirigentes de Rusia están recrudeciendo el control sobre la sociedad ciudadana por medio de promulgar nuevas actas legislativas, inmiscuirse en los asuntos de las ONGs y perseguir a los líderes de éstas y a las personas que critican el actual régimen.
Al referirse a la situación en el Cáucaso del Norte, los analistas afirman que instituciones armadas de Chechenia aplican torturas a los detenidos sospechosos de tener que ver con la actividad terrorista.
En el informe de HRW se analiza la situación existente en 75 Estados, incluidos los principales países occidentales. Sus autores critican, en particular, a EEUU, Gran Bretaña, Francia y algunos otros países por los métidos que se utilizan en la lucha contra el terrorismo. Se señala que EEUU ocupa el primer lugar en el mundo en cuanto al número de los presos per cápita. Se dedica la atención a la "política de doble rasero" que aplica Washington, como los ejemplos más demostrativos de ello se señalan Pakistán y Kenia. Se indica que EEUU apoyó al presidente Musharraf que modificó la Constitución con el fin de garantizar la victoria de sus partidarios en las elecciones y que Washington hizo caso omiso a las infracciones que se cometieron durante las elecciones presidenciales en Nigeria, una de los principales suministradores de hidrocarburos al mercado mundial.
