Dmitri Medvédev, cuya promoción a la presidencia de Rusia es interpretada por Occidente como un intento de reconciliación por parte del Kremlin, podrá contribuir al acercamiento entre Moscú y las capitales occidentales, considera Alexander Rahr, responsable de países postsoviéticos en el Consejo Alemán de Política Exterior.
A juzgar por sus declaraciones en público, Medvédev procurará acelerar el ingreso de Rusia en la OMC, si sale elegido el próximo 2 de marzo. Los temas medioambientales, tales como el cambio global del clima y el proceso de Kioto, van a figurar tal vez entre los puntos favoritos de su línea exterior y podrán ayudarle en el acercamiento a Occidente, ante todo, a Europa cuya política se construirá en el futuro a partir de valores ecologistas, opina el experto.
En el espacio postsoviético, el nuevo presidente ruso intentará probablemente arreglar los conflictos pendientes, sobre todo, en el sector energético. La primera señal es la disposición para mantener con Ucrania una negociación más transparente sobre los suministros del gas. Las personas del entorno de Medvédev dan a entender que el futuro presidente quisiera profundizar el diálogo acerca de la cooperación con Occidente y proporcionar a inversores extranjeros nuevas garantías, para que puedan conducir con éxito su negocio en Rusia. La expansión de empresas rusas a mercados occidentales y asiáticos va a continuar pero también se volverá más transparente con Medvédev.
Su política exterior dependerá del cómo el nuevo tándem histórico - el próximo presidente y Vladímir Putin en calidad de primer ministro - consiga distribuir las funciones relativas al control de los cuerpos de seguridad, señala el articulista, al agregar que la cancillería rusa también puede incluirse en esta categoría. Uno de los retos difíciles para el futuro mandatario ruso será reaccionar a la proclamación de la independencia de Kosovo y al reconocimiento de la misma por parte de Occidente.
