En un comunicado divulgado este jueves, las FARC destacan que cumplieron su palabra y el compromiso del pasado 18 de diciembre de entregar a las dos damas al presidente venezolano, Hugo Chávez, así como a la senadora colombiana, Piedad Córdoba, y a la comunidad internacional en general.
"Esta liberación humanitaria y unilateral, se da a pesar de los palos atravesados en la rueda por el propio Presidente Uribe, enemigo jurado del canje de prisioneros y enemigo de la paz con justicia social, siguiendo los lineamientos de Washington", reza el comunicado.
El grupo guerrillero destacó que Emmenuel, el pequeño hijo de Clara Rojas, "no está en brazos de su madre (...) porque el Presidente (Álvaro) Uribe Vélez lo tiene secuestrado en Bogotá".
"Que lo libere para que podamos celebrar todos, este suceso", añade.
Para las FARC, tras el histórico hecho de este jueves, "los esfuerzos deben dirigirse" ahora a lograr el tan anhelado canje de los 44 rehenes que mantienen en su poder, por los más de 500 guerrilleros prisioneros en cárceles colombianas, incluyendo a los rebeldes "Sonia" y "Simón Trinidad", actualmente en cárceles estadounidenses.
Para ello, insistieron en el despeje militar de los municipios Florida y Pradera, en el departamento del Valle del Cauca (suroccidente), "como escenario del diálogo gobierno-FARC para el acuerdo y la materialización del canje".
Las FARC también ratificaron su voluntad "incuestionable" de alcanzar la paz en Colombia. "Esta entrega que hoy (jueves) hacemos de Clara y Consuelo, reafirma nuestra disposición".
Por último, las guerrilla colombiana expresó en su comunicado su agradecimiento al presidente venezolano, así como "a los gobiernos y personalidades del mundo que lo han rodeado (a Chávez) sin reserva en este noble esfuerzo".
"Y sobre todo, gracias al bravo pueblo de Venezuela por su apoyo y hermandad. A los familiares de los prisioneros y a los amigos del canje humanitario nuestro llamado a persistir. Lograremos el canje", concluye la misiva.
Tras varios intentos frustrados, este jueves finalmente la guerrilla de las FARC liberó a Clara Rojas, de 44 años, y a Consuelo González, de 57 años, como un acto de desagravio a las gestiones del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien coordinó la operación que permitió devolver a sus hogares a las ahora ex rehenes.
