Arabia Saudí llegó a desbaratar los planes de Rusia cuando ya empezaban a perfilarse los contornos del futuro cártel del gas y a la Unión Europea no le quedaba otro remedio sino prepararse para un inminente dictado de precios. Hace poco, Riad exigió de Moscú una serie de concesiones comerciales en el marco del proceso de negociaciones sobre el ingreso de Rusia en la OMC.
Los saudíes son novatos en la OMC y su comercio con Rusia se aproxima a cero, de modo que estas pretensiones causaron desconcierto entre negociadores rusos. Éstos no pensaban que los jeques, con el petróleo que les sobra, se plantearan en serio inversiones a gran escala en la producción y el transporte de hidrocarburos rusos. Pero estaban equivocados. Lo que Riad exigió fue precisamente el libre acceso a las tuberías y a los yacimientos estratégicos en el territorio ruso. Y de postre, la reducción de aranceles aplicados a varios artículos industriales que no se producen en Arabia Saudí.
Es poco probable que los saudíes realmente se hagan algunas ilusiones acerca de la compra de yacimientos en Rusia o el libre acceso a la red de gasoductos usada por Gazprom. Es algo que se contradice con la legislación rusa en vigor y, además, está muy por encima de lo que Bruselas pudo recabar de Moscú en 2004, cuando la UE y Rusia acordaron las condiciones del ingreso de esta última en la OMC. Tampoco olvidemos que Arabia Saudí carece de experiencia y tecnologías para trabajar en las zonas polares y en la plataforma del Ártico. Por último, Riad debería darse cuenta de que Rusia, puesta a escoger entre la llamada OPEP del gas y la OMC, se decantará por la primera.
Los miembros del equipo negociador ruso están convencidos de que Riad no hace otra cosa sino diluir el tiempo, probablemente, en beneficio de EEUU que, a juzgar por todo, es reacio a la perspectiva de que Rusia se incorpore a la OMC antes de Ucrania. Todo ello, a pesar de que las fricciones políticas internas impiden al Parlamento ucraniano adoptar todas las leyes necesarias para la adhesión.
A favor de esta hipótesis habla el hecho de que Emiratos Árabes Unidos mandó emisarios propios para ayudar a los saudíes. Maxim Medvédkov, principal negociador ruso en las negociaciones sobre el ingreso en la OMC, se vio obligado el viernes a batallar con ellos en Ginebra. Por ahora no se han logrado acuerdos concretos y el hecho significa que Rusia tendrá que escoger, por lo visto, entre las aspiraciones de ingreso en la OMC y los planes de construir una alianza del gas con Qatar e Irán.
