La flamante megacorporación pública creada en Rusia, Rostejnologuia, reúne todas las condiciones para convertirse en el cliente número uno para la industria nacional. Vladímir Putin colocó al frente de la nueva estructura a Serguei Chémezov, ex oficial de seguridad con quien había trabajado en la Alemania del Este, en la década del 80, y hasta hace poco, jefe del grupo Rosoboronexport.
La actuación de Chémezov en estos últimos meses ha sido la de un funcionario llamado a establecer las reglas del juego en los sectores clave. Las corporaciones públicas, en su opinión, deberían controlar la práctica totalidad de la economía rusa, empezando con la industria de defensa y terminando con la venta de fármacos. Putin se vio obligado incluso a recortar los poderes de la nueva entidad y eliminar del proyecto de ley sobre Rostejnologuia el artículo relativo a la contratación de armas y material bélico para el Ejército nacional, renglón que Chémezov aspiraba controlar como ex jefe de la exportadora oficial de estos productos.
Aún así, Rostejnologuia tendrá autonomía estratégica y será una de las estructuras más poderosas de Rusia. Absorberá la totalidad de los activos pertenecientes ahora a Rosoboronexport, entre ellos, Oboronprom (sistemas de defensa antiaérea y helicópteros), VSMPO-Avisma (principal productora mundial del titanio), Russpetsstal (metalurgia), más una participación en Avtovaz, la mayor empresa de la industria automotriz rusa. Se supone que a esta lista podrán incorporarse en el futuro otras entidades estratégicas.
Chémezov fue nombrado mediante un decreto del jefe de Estado, por un período de cuatro años, lo cual le permite reasegurarse contra los riesgos políticos después de marzo de 2008, fecha en que expira el segundo mandato de Putin.
La falta del control directo por parte del Gobierno también garantiza a Rostejnologuia un margen de maniobra más amplio. Formalmente, la nueva entidad va a pertenecer a la categoría de "organizaciones no comerciales", rango similar al de una fundación, y no de estructura empresarial, señaló Dmitri Abzálov, experto del Centro ruso de coyuntura política.
Su patrimonio incluirá los títulos de empresas integrantes, lo cual asegura un mayor grado de flexibilidad en la gestión de activos. Entre otras cosas, la nueva corporación podrá vender una parte de estas acciones, así como sacar sus filiales a la bolsa, dijo el analista. Por cierto, Chémezov ya prometió para 2009 el lanzamiento de tres ofertas públicas iniciales, las de VSMPO-Avisma, Avtovaz y Oboronprom.
