Moscú, 21 de noviembre, RIA Novosti. Lo sucedido en Penza, donde unos sectarios se escondieron en una cueva en espera del fin del mundo y amenazan con prenderse fuego, prueba que es necesario crear programas y centros de rehabilitación de los ex sectarios, opina el profesor Alexandr Dvorkin, presidente de la Asociación Rusa de Estudios de Religiones y Sectas.
"Este caso puede actuar como detonante, haciendo que otras sectas también proclamen la próxima llegada del fin del mundo", dijo Dvorkin en rueda de prensa en RIA Novosti.
En la provincia de Penza, 29 personas, incluidos 4 niños, se abastecieron de víveres y se escondieron en un refugio subterráneo abierto por ellos mismos, donde están esperando el fin del mundo, el que llegará, según ellos, en mayo de 2008. Los sectarios amenazan con prenderse fuego, si se intenta sacarlos de allí por fuerza. Sacerdotes de la diócesis de Penza están sosteniendo conversaciones con ellos, intentando persuadirlos a que suban a la superficie.
Según Dvorkin, en Rusia funcionan hasta 80 sectas totalitarias grandes, y las pequeñas son millares.
El líder de la secta de Penza, Piotr Kuznetsov, quien quedó en la superficie, prometiendo darles a sus seguidores una señal para salir, fue detenido el jueves pasado, y actualmente está pasando examen médico en un hospital psiconeurológico.
