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La canadiense Magna quiere producir coches Chrysler en Rusia. Kommersant

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La empresa Magna International, productora canadiense de autopartes, tiene la intención de construir en Rusia una planta que se dedique al ensamblaje de varios modelos de la marca Chrysler. Su socio más probable en este proyecto, evaluado en US$500 millones, será el grupo Russian Machines (RM), del magnate Oleg Deripaska, propietario de la factoría rusa de automóviles Gaz y, desde hace poco, accionista de Magna. En opinión de expertos, la incorporación de RM al proyecto tendrá sentido, si la nueva planta decide fabricar vehículos de marca rusa sobre la plataforma de Chrysler.

 

La compañía canadiense ya remitió al Ministerio ruso de Desarrollo Económico y Comercio la solicitud para instalar una planta automotriz con capacidad anual de 150.000 coches, con la posible duplicación de este volumen en el futuro. La gama de productos aún está por confirmar pero se sabe que incluirá como pieza central a la marca estadounidense Chrysler.

A finales de 2006, Magna había acordado también la construcción de una nueva planta en Ciudad Togliatti, conjuntamente con la rusa Avtovaz, pero el proyecto se quedó en la fase de intenciones.

Actualmente, Chrysler vende muy poco en Rusia: entre enero y octubre de 2007, la marca estadounidense pudo colocar en el mercado local apenas 4.900 coches, lo que supone una caída del 13%, mientras que el segmento de nuevos vehículos de marcas extranjeras registró un crecimiento del 64%. Dodge, Jeep y Chrysler figuran, respectivamente, en la 32ª, la 38ª y la 40ª posición en la lista de ventas.

La cooperación con Magna implica riesgos para Russian Machines, opina Mijaíl Pak, experto del grupo financiero IFD Kapital: las bajas ventas de Chrysler en Rusia ponen en cuestión la rentabilidad de la producción local, y es precisamente por esta razón porque se vieron atascadas las negociaciones entre Magna y Avtovaz.

Iván Bónchev, de Ernst & Young, piensa que la eventual solución sería producir un nuevo coche de la clase D sobre la plataforma de Chrysler pero con marca rusa, por analogía con el modelo Siber fabricado actualmente en las instalaciones de Gaz. "Siber es un proyecto piloto que va a durar como máximo cinco años en el mercado, después de lo cual será necesario buscarle algún sustituto, por ejemplo, un nuevo modelo sobre la plataforma de Chrysler que Magna podría ensamblar en Rusia conjuntamente con Russian Machines". Paralelamente, Chrysler, Magna y Russia Machines podrían hacer un intento por abaratar el Siber cuyo precio base, de US$18.000, resulta exagerado en opinión de expertos.

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