Como "exagerados" califican varios expertos los rumores de que EEUU podría hacer concesiones a Rusia en lo relativo al Tratado de Fuerzas y Armas Convencionales en Europa (FACE), a condición de que Moscú suavizara su postura con respecto a la independencia de Kosovo y las sanciones contra Irán.
La edición parisina The International Herald Tribune mencionó la víspera la posibilidad de esta "solución en paquete" citando a diplomáticos anónimos. La primera quincena de diciembre, cuando Rusia planea suspender su participación en el tratado de armas convencionales y el Consejo de Seguridad de la ONU debe analizar el tema de Kosovo, se indica como fecha tope para implementar esta fórmula global.
Pável Zolotariov, subdirector del Instituto ruso de EEUU y Canadá, piensa que tales "concesiones recíprocas", en el supuesto de que Washington realmente las haya propuesto a Moscú, representan un cóctel muy difícil de digerir y, por tanto, son poco realistas. "Los temas mencionados, cada uno de los cuales tiene su propia importancia y es objeto de violentos debates internacionales, no guardan relación entre sí e implican un calendario de solución específico", señaló el experto.
Lo que Rusia pretende no es renunciar al Tratado FACE sino suspender el cumplimiento de algunas restricciones injustificadas que le impone la variante antigua de este documento y conseguir la ratificación de una versión adaptada que refleja el estado actual de las cosas en Europa, recordó Zolotariov. En lo demás, Rusia aboga por preservar la arquitectura de tratados internacionales que fueron firmados en el período de la Guerra Fría y los cuales regulan el control sobre los armamentos. Se trata de una base muy importante en estos momentos de inestabilidad, y EEUU cometió un error grave al abandonar uno de tales acuerdos, el suscrito en 1972 sobre la defensa antimisil (DAM).
EEUU invitó a representantes de Rusia a las futuras instalaciones del sistema DAM en Polonia y República Checa pero esta iniciativa cambia pocas cosas. Lo que importa, en realidad, es quién controla el escudo antimisil. Por tanto, la verdadera fórmula de compromiso, propuesta por Vladímir Putin, contempla la creación de centros especiales en Bruselas y Moscú para evaluar la amenaza de misiles, dijo Zolotariov.
Las gestiones relativas al programa nuclear iraní y la solución del problema kosovar también tienen un calendario propio que difícilmente podrán adecuarse a las fechas que Washington considera óptimas.
Dimitri K. Simes, presidente del Centro Nixon, reconoce que EEUU y Rusia han agilizado últimamente el diálogo sobre los problemas más espinosos de la agenda internacional pero cree muy exagerados los rumores sobre los preparativos de una componenda entre Moscú y Washington.
Simes duda de que cierto avance en la discusión ruso-estadounidense sobre el escudo antimisil y el Tratado FACE haga a Moscú revisar la postura con respecto a Kosovo e Irán, dos asuntos de suma importancia para ella. Sería un cambio demasiado notable y contrario al carácter de la diplomacia rusa, constató el experto. Moscú nunca ha dejado a sus aliados ni a países en que tiene fuertes intereses económicos, al decir de Simes. Las concesiones de este tipo son poco probables también porque no obedecen a los intereses fundamentales de la seguridad nacional de Rusia. "Quienes escriben estas cosas, se están guiando por la regla de que donde hay humo, hay fuego. Pero hacen pasar por fuego una llama bastante pequeña", señaló él.
