El mandatario boliviano Evo Morales, manifestó hace poco que la futura Constitución de esta república no permitirá crear bases militares norteamericanas en su territorio. Morales invitó a otros Estados latinoamericanos, a los movimientos sociales, campesinos y obreros a hacer todo lo posible para que EEUU ni piensen en el futuro de emplazar objetivos militares en la zona.
Anteriormente, el presidente del Ecuador, Rafael Correa, se opuso tajantemente a la prolongación del contrato de arriendo de la base naval norteamericana en Manta.
Es bien lógico que en el contexto de esas declaraciones antiyanquis haya pasado de hecho desapercibida el primer periplo latinoamericano realizado por el jefe del Pentágono, Robert Gates. Fundamentalmente, el viaje del secretario de Defensa se redujo a las ya traídas y llevadas afirmaciones sobre el "apego de Estados Unidos a la lucha común contra el narcotráfico y el terrorismo internacional". Tales declaraciones Gates las hizo durante las pláticas sostenidas con mandatarios de El Salvador, Perú, Colombia y Chile.
Robert Gates empezó su periplo latinoamericano por El Salvador, el único país latinoamericano que envió su contingente militar a Iraq. Durante la rueda de prensa ofrecida en San Salvador, el titular norteamericano de Defensa expresó que Estados Unidos estaba interesado en la presencia de los militares salvadoreños en Iraq que no ha de convertirse en "paradero para terroristas, de lo que el presidente Saca está consciente".
En Lima, Gates habló del "auge" de la cooperación entre EEUU y Perú en el ámbito de seguridad. En 2006, Perú produjo 280 toneladas de cocaína y, después de Colombia, es el segundo en importancia productor mundial de esta droga. Los principales consumidores de la cocaína peruana son Estados Unidos y la Unión Europea.
Los resultados más modestos tuvieron los encuentros sostenidos por Robert Gates con dirigentes de Chile. Sus negociaciones con los altos mandos militares de este país concluyeron tan sólo con la firma de un acuerdo bilateral de cooperación en la asistencia médica a los militares de ambos países.
Sólo podrían considerarse de fructíferas las negociaciones sostenidas por Gates en Bogotá, donde fue suscrito el convenio de prestación de asistencia financiera y técnica norteamericana para Defensa. Colombia es el tercer país en el mundo (después de Israel y Egipto) por el volumen de la ayuda militar norteamericana.
Poco antes de la visita, el jefe del Pentágono ni pretendía disimular que EEUU estaba buscando bases aéreas en América Latina. La prensa norteamericana, alegando a cargos oficiales de la Administración George Bush, publicó noticias de que mostraron interés Colombia y Perú, pero las autoridades de estos países las desmintieron.
