La mayor impresión que dejó el jueves la sesión de preguntas y respuestas con el presidente de Rusia, la sexta desde que Putin llegó al Kremlin, es que no piensa abandonar la política ni reducir el grado de su influencia en el acontecer nacional después de las elecciones de 2008.
Putin había afirmado que habrá otro presidente pero el jueves, respondiendo a los reporteros al término de la sesión, se pronunció en contra de recortar los poderes del jefe de Estado a favor del Gobierno. Algún tiempo antes, el partido oficialista Rusia Unida le había sugerido pasar al cargo de primer ministro después de las elecciones y él no rechazó tal posibilidad. En ningún momento de la "línea directa" con los conciudadanos, Putin usó las expresiones como "la nueva Administración tendrá que hacer esto o lo otro" mostrando clara preferencia por el pronombre "nosotros".
Lo que dijo ayer sobre las peculiaridades del sistema institucional en Rusia hace dudar de que acepte distanciarse de la gestión del Estado. Por un lado, observó que es incorrecto personificar el programa electoral de Rusia Unida como Plan de Putin; por otro, admitió que mucho se hace todavía en el registro del control manual". "No hacemos nada singular. Muchas cosas en el país se hacen en modo de control manual a la hora de superar la crisis del sistema. Cuando se hayan cumplido estos planes, será posible pasar al control automático", señaló Putin. A la pregunta de cuándo pasaría Rusia al "control automático", el presidente contestó que "es una cuestión de 15-20 años".
Con estas palabras, Putin trazó un vector claro de la evolución de Rusia a mediano plazo. El "control manual" será imprescindible en los próximos quince o veinte años, y lo único que está por ver es quién tendrá el timón en las manos.
Valeri Jomiakov, director del Consejo para la estrategia nacional, piensa que las preguntas hechas a Vladímir Putin "testimonian una demanda muy fuerte de la política de izquierdas, enérgica y con marcada orientación social". "Es una señal muy importante para el régimen", opina este politólogo. El presidente subrayó que el potencial militar de Rusia va creciendo, y es un mensaje que va destinado no sólo al extranjero sino también a la población rusa. Porque, además del giro a la izquierda, se van acentuando los ánimos nacionalistas y lo demuestran, año tras año, las respuestas del presidente a las preguntas de los ciudadanos.
