Luanda, Pl, para RIA Novosti. Por Armando Reyes.- De cada 10 joyas engarzadas con diamantes, siete salieron de los talleres de Amberes, Bélgica.
Esa historia comenzará a cambiar a partir de una posición común que plantearon los principales productores africanos de la gema, durante una reunión que tuvo lugar a inicios de esta semana en la mencionada ciudad belga.
En los últimos 200 años, las naciones de este continente aportaron sólo la materia prima, mientras que los grandes centros procesadores, al agregarle valores, se quedaron con la mejor parte del botín.
Pero ese ciclo lo quieren invertir Botswana, segundo productor mundial; Suráfrica, cuarto; y Angola, quinto, entre otros estados de este continente.
Esa postura de Africa se consolidó durante la conferencia en Amberes, denominada "Productores en transición: la dinámica de la industria cambiante".
Así, con ocho de los 10 primeros en el mundo en este sector, la región quiere tomar la iniciativa para extraer, pulir, tallar y engarzar sus piedras preciosas con recursos propios.
Las autoridades surafricanas, por ejemplo, reinvertirán 10 por ciento de las ganancias de sus minas con el objetivo de crear una infraestructura adecuada para procesar las gemas.
Los angolanos pretenden duplicar para 2009 su producción de 2006 cuando obtuvieron mil 209 millones de dólares.
El gobierno dio licencia de exploración a unas 19 mil pequeñas entidades y quitó el monopolio a la Empresa Nacional del Diamante de Angola (ENDIAMA).
Si solo 10 por ciento de esas acciones culmina con éxito, explicó un perito local, redundará en beneficio neto para el país, porque habrá un número mayor de personas involucradas en esta redituable industria.
La industria diamantífera angolana incluye un compromiso social, toda vez que apuesta porque las instituciones tanto nacionales como extranjeras contribuyan a la solución de necesidades básicas, sobre todo en las zonas donde operan.
Las posiciones independientes de las naciones africanas causan preocupación en algunos de los centros principales de este mercado que temen perder su posición dominante.
Pero este camino de buscar la autonomía era previsible por ser las piedras preciosas un elemento clave en varias de las economías de las naciones africanas.
Otros menos pesimistas apuntan que transferir tecnología y "Know How" a este continente, mejorará la comercialización, porque irán directo del productor a la venta sin intermediario alguno.
