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Putin propuso a los países vecinos un nuevo "proyecto del siglo". Gazeta.Ru

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El presidente de Rusia propuso a sus homólogos de Azerbaiyán, Irán, Kazajstán y Turkmenistán construir un canal entre el Mar Caspio y el Mar Negro. El proyecto, estimado en US$10-15 mil millones, podría beneficiar a los países ribereños del Caspio y acelerar la creación del corredor internacional de transporte Norte-Sur. Sin embargo, es probable que la iniciativa de Putin se vea atascada a causa de las discrepancias políticas.

 

Las ventajas que implica el nuevo "proyecto del siglo", cuyo coste podría ascender a diez o hasta quince mil millones de dólares, están a la vista: el Canal Caspio daría a Moscú un mayor peso político, le permitiría controlar el tráfico de mercancías entre Asia y Europa y, encima, supondría un fuerte impulso para el desarrollo económico del sur de Rusia, dicen observadores locales. También es posible usar esta ruta acuática como suplemento al oleoducto Burgas-Alexandroupolis.

La opinión unánime es que el proyecto dependerá de que haya acuerdo político entre las partes. China y Kazajstán se interesan por la iniciativa de Putin. En el caso de Pekín, es una posibilidad de reducir notablemente el plazo de suministros a Europa y aumentar, por tanto, el intercambio comercial. El transporte de mercancías desde el Sudeste Asiático hacia Europa se prolonga actualmente por dos meses, mientras que el nuevo corredor acuático permite abreviar la duración a 10 días. Kazajstán también saldría ganando porque podría exportar hidrocarburos a Europa directamente, sin despachar más del 70% del petróleo a través del territorio ruso.

La única nación del Caspio que podría oponerse a este proyecto es Azerbaiyán, debido al plan que contempla tender un gasoducto en el fondo del mar, desde Kazajstán.

Muchos expertos piensan que las negociaciones acerca del Canal Caspio, por no hablar ya de su construcción, podrían prolongarse por varios años o incluso décadas. En principio, Rusia está en condiciones de financiar el proyecto con recursos propios pero, aún así, será incapaz de garantizar el volumen necesario del tráfico y tendrá que buscar un acuerdo con los demás Estados de la zona.   

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