La UE se declara dispuesta a sacrificar la tradición y no exigir a futuro que el jefe del FMI sea elegido exclusivamente de entre los ciudadanos europeos a condición de que el puesto de director gerente se entregue ahora al francés Dominique Strauss-Kahn.
Vladislav Inozémtsev, director del Centro ruso de estudios sobre la sociedad postindustrial, cree "incomprensible que Europa acepte pagar un precio tan alto por el nombramiento de su candidatura". "Europa y EEUU tienen votos suficientes para imponerla sin miramientos hacia Rusia. Tal vez, es el miedo general de Occidente ante la creciente influencia de Rusia, China y Brasil".
Yaroslav Lisovolik, economista de Deutsche Bank Rusia, explica la postura europea por la comprensión de que "las instituciones globales tienen una estructura obsoleta", por lo cual es necesario "implicar en la toma de decisiones a los países emergentes". "Un consenso político más amplio es la única manera de proporcionarle un aire fresco al globalismo", según él.
Serguei Karagánov, jefe del Consejo ruso para la política exterior y de defensa, piensa que la propuesta europea, la de "canjear un futuro lejano por nombramiento inmediato" de Strauss-Kahn, "va a cuajar y todo el mundo estará contento: Europa, por haberse salido con la suya, y Rusia, por haber demostrado nuevamente su potencial, esta vez, la capacidad de impedir la elección de un candidato que le parece inconveniente".
