La primera jornada del Salón Internacional Aeroespacial de Moscú, MAKS-2007, reportó buenos dividendos a Rusia pero algunos expertos se quedaron con la impresión de que, en realidad, hay pocas novedades en la exposición rusa.
El martes, Rusia cerró un contrato de US$350 MM con Indonesia, para la venta de seis aviones multipropósito Sukhoi-27SKM y Sukhoi-30MK2. También se acordó la creación de una empresa conjunta, participada a partes iguales por Boeing y la rusa VSMPO-Avisma, que fabricará piezas de titanio para el flamante Boeing 787 Dreamliner.
Seguro que vendrán más contratos en los días siguientes pero algunos modelos expuestos en MAKS-2007 provocan cuando menos una sensación de desconcierto.
Este es el caso de Meteorit-A, misil de crucero de emplazamiento aéreo que se exhibe estos días en Zhukovski, escenario del Salón Aeroespacial de Moscú.
"Definirlo como innovación sería bastante raro", opina Aleksandr Jramchigin, del Instituto ruso de análisis político y militar. "Este modelo empezó a desarrollarse a mediados de la década del 70, contrariamente a las tendencias que se observaban a escala mundial. Los misiles balísticos y los sistemas de defensa antimisil a gran altura parecían haber enterrado para aquellas fechas el mero concepto de misiles de crucero estratosféricos, porque su capacidad de romper la defensa es prácticamente nula", constató el experto.
"Hubo numerosas pruebas fallidas, la última de las cuales tuvo lugar en 1984: un misil lanzado desde un bombardero Tupolev-95 se desvió enseguida de la trayectoria y hubo que destruirlo. Finalmente se tomó la decisión de cerrar un proyecto que estaba atascado pero varios expertos militares, ya en los años 90, auguraron que algún día se intentaría reanimarlo", contó Jramchigin.
"No hay novedades auténticas en el Salón. Y no es por malas intenciones, simplemente no se han creado cosas nuevas", declaró a su vez Andrei Ionin, del Centro de análisis de estrategias y tecnologías.
