Cada departamento federal o Administración regional en Rusia tendrá que confeccionar una lista de posiciones propicias para corruptelas y ofrecer a los respectivos titulares, para que no se sientan tentados, un mayor nivel de compensaciones económicas a cambio de un control total sobre su vida cotidiana y sus contactos, según se desprende de un programa anticorrupción preparado por el Ministerio ruso de Desarrollo Económico y Comercio.
Inicialmente, se hará una prueba piloto en 30 entidades, entre ellas, el Servicio Antimonopolio y las provincias de Sarátov y Tomsk.
"Veremos cómo funciona y, al dar los retoques necesarios, podremos recomendarlo a todos los organismos del poder", afirmó Serguei Naryshkin, vicepresidente del Gobierno ruso y jefe de la Comisión gubernamental para la reforma administrativa.
Por "corruptora" se entienden en el programa una posición que implica contactos directos con empresas y particulares, expedición de permisos y licencias, funciones de control y supervisión, reparto de recursos presupuestarios, compras públicas o nombramientos de personal para cargos similares.
Además de una subida salarial, los respectivos funcionarios podrían beneficiarse de algunos privilegios en materia de vivienda o transporte. A cambio, tendrían que pasar a contratos de duración fija en lugar de los indefinidos, cambiar de posición cada equis tiempo, asistir a seminarios de ética corporativa, desvelar sus contactos profesionales y hasta el contenido de su bolsillo cuando lo requiera una comisión especial formada en la respectiva institución. Su patrimonio, ingresos y modo de vida también serán objeto de atención muy rigurosa.
