Europa respalda a EEUU en lo relativo a Kosovo, por el temor de que esta región se convierta en el epicentro de una guerra permanente, y en cierto grado se siente impotente ante los kosovares, pues son impulsivos y no tienen miedo de pelear, opina Víctor Kremeniuk, subdirector del Instituto ruso de EEUU y Canadá. De aquí, el deseo de usar a EEUU y a las tropas de la OTAN como herramienta de influencia con respecto a Kosovo.
La Unión Europea tiene la intención de ofrecer a los países balcánicos un programa coherente del desarrollo regional, con el objetivo de relanzar las respectivas economías, vincularlas a Bruselas y, a futuro, facilitar su ingreso en la UE. Para implementar este plan, cree necesario otorgarle a Kosovo la independencia, con la esperanza de que el intenso crecimiento económico contribuya a minimizar, a largo plazo, las consecuencias negativas de tal decisión y vaya reduciendo a cero el odio interétnico en los Balcanes.
A pesar de este guión optimista, los acontecimientos podrían evolucionar en otra dirección. Así, hay peligro de vaya en aumento la de por sí considerable expansión demográfica de los albaneses hacia Europa, y que la independencia kosovar provoque la radicalización de Serbia en cuyo Gobierno están representados tanto los europeístas, agrupados en torno al presidente Boris Tadic y el titular de Economía Mladjan Dinkic, como los adversarios del acercamiento a la UE, en particular, el primer ministro Vojislav Kostunica. La secesión de Kosovo reforzaría notablemente las posiciones de Kostunica, así como los ánimos nacionalistas y antieuropeos en general.
Otro peligro consiste en la ulterior criminalización de la economía de Kosovo que desde hace diez años subsiste gracias a la ayuda internacional, las remesas de los kosovares que trabajan en Europa y el contrabando. Según las estimaciones de expertos, un 90% de la heroína presente en el mercado europeo tiene procedencia balcánica y Kosovo es una pieza clave en esta red del narcotráfico. Al obtener la independencia, Kosovo podría transformarse con gran dosis de probabilidad en un centro regional de la delincuencia.
