Los exportadores chinos, apoyados por el Estado, podrían enterrar a varios sectores de la economía rusa, incluida toda la industria de construcción de maquinaria, advierten los expertos del Instituto de monopolios naturales. Ellos sugieren abrir investigaciones antidumping y antisubvenciones, así como tomar medidas al nivel de regulaciones técnicas para obstruir la ofensiva de empresas chinas al mercado local.
"La expansión de productos chinos entraña una amenaza sensible para el desarrollo de todo el sector ruso de construcción de maquinaria", declaró a Vedomosti Yuri Saakián, director del instituto citado. "También se va configurando una situación crítica en la metalurgia, química y petroquímica", agregó.
Para la industria automotriz de Rusia, los chinos también representan una amenaza, aunque no es catastrófica debido a la baja calidad de sus coches, opina Vladímir Torin, portavoz del grupo automotor GAZ.
Los expertos proponen aprovechar la experiencia occidental - cuotas de importación, medidas antidumping, autolimitaciones voluntarias a la exportación - para proteger a los productores locales. Asimismo, recomiendan suprimir el trato preferencial en el comercio con Pekín: primero, porque le permite evitar investigaciones antidumping y antisubvenciones; y, segundo, China responde cada vez menos a la condición de país emergente y necesitado de preferencias.
Las empresas públicas y los monopolios naturales en Rusia deberían priorizar la compra de productos locales. También es hora de introducir algunos privilegios para las empresas de leasing que adquieren maquinaria rusa, considera Saakián.
Yaroslav Lisovólik, de Deutsche UFG, constata que algunas de las medidas propuestas - por ejemplo, las cuotas de importación - se contradicen con los compromisos asumidos por Rusia de cara al ingreso en la OMC. Rusia tendrá que apostar en primer lugar por el procedimiento antidumping y las medidas de regulación técnica a día de hoy no están desarrolladas en grado suficiente.
