En la región rusa de San Petersburgo se suceden las huelgas y los piquetes de protesta en las plantas que pertenecen a las grandes empresas multinacionales. Los obreros de la planta local de Coca-Cola han decidido seguir el ejemplo de sus colegas de Ford y Heineken para exigir la subida salarial y una serie de garantías sociales. Las protestas se celebran únicamente en las subsidiarias de compañías foráneas, fenómeno que los dirigentes sindicales atribuyen, entre otras cosas, al hecho de que muchos obreros de estas empresas han pasado por cursos de entrenamiento en las plantas extranjeras de las respectivas empresas matrices.
Gracias a esta experiencia, los trabajadores "se dan cuenta de que producen vehículos comercializados en Rusia al mismo precio que en otros mercados internacionales pero cobran un salario mucho más bajo que los obreros europeos o estadounidenses", constata Yuri Milovídov, director ejecutivo del Centro de apoyo sindical e iniciativas cívicas.
Después de regresar a la patria, estos obreros vuelven a chocar con una actitud despectiva por parte de la Administración de su empresa. "El director les dice que sus derechos su opinión le importan un bledo, y las huelgas entonces se vuelven inevitables", explica el experto.
Alexandr Shojin, presidente de la Asociación rusa de empresarios y directores industriales, también considera que "los obreros de empresas multinacionales presentes en Rusia entienden, desde luego, que sus colegas extranjeros disfrutan de otras condiciones de remuneración y otros paquetes sociales"."Procuran ascender al nivel de un mercado laboral único que todavía es inexistente aquí por muchas razones, en particular, a causa del rendimiento", opina él.
Shojin, cuya Asociación es llamada a veces "gremio de oligarcas", sugiere a los nuevos sindicatos obreros "no perder el sentido de la medida y calcular las posibles consecuencias".
"El único problema, en realidad, es que una multinacional instala sus plantas en aquellos países donde puede minimizar los costes. Si los obreros persisten en la exigencia de elevar los sueldos y los privilegios sociales al nivel medio que la respectiva corporación tiene a escala global, las plantas se van a instalar en otros países, por ejemplo, en los del África", advierte él.
