Preocupada por la creciente expansión de Gazprom al mercado europeo de la energía, la Administración estadounidense ha vertido fuertes críticas contra el monopolio gasífero ruso.
El subsecretario de Estado de EEUU para asuntos europeos y eurasiáticos, Matthew J. Bryza, duda de que Gazprom, cuyas exportaciones cubren actualmente un 26% del gas consumido en Europa, esté en condiciones para garantizar en un futuro próximo la continuidad de los suministros internacionales.
La empresa encabezada por Alexei Míller, según él, sigue centrando los esfuerzos en la adquisición de infraestructuras en el mercado europeo del gas, en lugar de hacer inversiones de importancia vital para asegurar la estabilidad de sus exportaciones.
Los representantes de Gazprom evitan comentar las palabras del funcionario estadounidense pero algunos expertos independientes en Rusia comparten su opinión.
"Las inversiones en sectores afines van a afectar en mayor grado al negocio principal que ya afronta problemas graves", piensa Vladímir Milov, presidente del Instituto de Política Energética. Los expertos de este centro estiman que en 2003-2005 Gazprom gastó aproximadamente 18 mil millones de dólares en la compra de empresas que no tienen nada que ver con la producción del gas. Es más de lo que ha invertido en el desarrollo de su negocio clave a lo largo de las últimas décadas.
"Las actividades del grupo en lo que respecta a la producción del gas se ven estancadas, y los expertos han manifestado en reiteradas ocasiones el recelo de que tal estancamiento acabe derivando muy pronto en una caída vertiginosa", señaló Milov. De aquí a los próximos 10 años, el rendimiento anual de los yacimientos más importantes bajo el control de Gazprom podría reducirse en 150 mil millones de metros cúbicos, advirtió él, y la entrada en explotación de nuevos yacimientos sólo permite compensar dicho recorte de forma parcial.
